Agencia aeronáutica de EE.UU. no puede hallar y resolver los fallos de producción de Boeing

Un reciente informe de la Oficina del inspector general del Departamento de Transporte de EE.UU. cuestiona el trabajo de supervisión de la FAA.

La Administración Federal de Aviación de EE.UU. (FAA, por sus siglas en inglés) no tiene un método adecuado para una supervisión efectiva de la fabricación de los aviones Boeing 737 y Boeing 787, reza un informe elaborado por la Oficina del inspector general del Departamento de Transporte a petición del Congreso de EE.UU.

"Las debilidades en los procesos y sistemas de supervisión de la FAA limitan su capacidad para identificar y resolver los problemas de producción de Boeing", reza el documento, fechado el 9 de octubre.

En este sentido, el documento indica que aunque la FAA determinó que varias instalaciones de Boeing que producen los aviones 737 y el 787 "eran de alto riesgo" debido a "la complejidad del sistema de calidad de Boeing, el nivel de subcontratación, la estabilidad organizacional" y otros factores, la agencia aeronáutica de EE.UU. "no cuenta con información suficiente" para evaluar realmente dichos riesgos.

Esto, a su vez, se debe a que la política de auditorías de la FAA es "inadecuada para un fabricante tan grande y complejo como Boeing", señala el informe.

Acusaciones sin resolver

Además, el informe encontró que la FAA no puede evaluar de manera oportuna las acciones de Boeing para abordar las "supuestas acusaciones de presión indebida" en la fabricación de sus aeronaves, ya que "no ha hecho cumplir los requisitos" para que la compañía "proporcione información con suficiente detalle" al respecto.

"Como resultado, 15 de las 34 acusaciones que revisamos permanecieron sin resolver por la FAA durante más de un año. Además, dos de estos casos han estado abiertos durante más de 2 años", indica el documento.

En conclusión, la Oficina del inspector general elaboró una serie de recomendaciones para que la FAA revise los procesos que utiliza para supervisar al fabricante de aeronaves estadounidense, que se enfrenta actualmente a una extensa huelga del personal y vio algunos de sus aviones dejados en tierra después de que a principios de este año un Boeing 737-9 MAX de Alaska Airlines sufriera una explosión en pleno vuelo.