Partidarios de la oposición georgiana han salido este lunes a las calles de la capital del país, Tbilisi, después de que el partido gobernante Sueño Georgiano obtuviera victoria en las elecciones legislativas.
Los manifestantes se concentraron en la zona cercana al edificio de Parlamento, bloqueando el tráfico de las calles adyacentes. Frente a la situación, la Policía ayuda a desviar a los conductores para evitar el área.
Frente al Parlamento, también se ha reunido un grupo de opositores que ondean banderas georgianas, ucranianas y de la Unión Europea, y sostienen pancartas. En el lugar, es visible una fuerte presencia policial. Los manifestantes también ocuparon la avenida Rustaveli, situada en el centro de la ciudad.
Tras el recuento del 100 % de los colegios electorales, el partido gobernante de Georgia, Sueño Georgiano, ganó las elecciones parlamentarias con un 53,92 %. Mientras, las fuerzas de oposición, que buscan la adhesión a la Unión Europea y comparten los valores occidentales, recibieron los siguientes porcentajes: Coalición para el Cambio recibió el 11,03 %; el Movimiento de Unidad Nacional, 10,16 %; Georgia Fuerte, 8,81 %.
En paralelo, en la capital georgiana, Tbilisi, se encuentra de visita oficial el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, quien fue abucheado por los manifestantes durante su aparición en público.
Previamente, felicitó al partido gobernante por su "aplastante victoria y dijo que "Georgia es un Estado conservador, cristiano y proeuropeo". "En lugar de sermones inútiles, necesitan nuestro apoyo en su camino europeo", escribió el líder húngaro en sus redes sociales.
Una elección "entre la guerra y la paz"
Sueño Georgiano ha indicado en repetidas ocasiones que sus rivales intentan privar a los ciudadanos del país de una vida pacífica arrastrándolos a un conflicto con Rusia. "Este es un referéndum entre la guerra y la paz, este es un referéndum entre la propaganda inmoral y los valores tradicionales, este es un referéndum entre el pasado y el brillante futuro del país", declaró el primer ministro Irakli Kobajidze en vísperas de las elecciones.
Por su parte, el fundador del partido gobernante, Bidzina Ivanishvili, dijo a los periodistas que un alto funcionario extranjero había sugerido, anteriormente, que Georgia entrara en guerra con Rusia durante unos días.
Oposición prooccidental no reconoce los resultados electorales
A su vez, todos los partidos de la oposición orientados hacia la cooperación con Occidente se han negado a reconocer los resultados de los comicios.
La presidenta georgiana, Salomé Zurabishvili, afirmó que los resultados de las elecciones fueron "completamente falsificadas" y "se utilizó la tecnología para encubrir el fraude". En este contexto, acusó a Moscú de organizar una "operación especial".
La oposición, apoyada por la mandataria, critica al partido gobernante por mejorar las relaciones con Rusia, así como por aprobar una ley sobre agentes extranjeros y otra que prohíbe la propaganda LGBT*, que provocaron la suspensión 'de facto' de la inclusión de Georgia en la Unión Europea.
Además, uno de los líderes de la oposición, Georgi Vashadze, ya adelantó que no tienen intención de entablar negociaciones con el Gobierno y exigen la celebración de nuevas elecciones, que sean convocadas por una "administración electoral internacional".
Por su parte, el Kremlin rechazó el lunes las acusaciones de injerencia en las elecciones. "Rechazamos firmemente estas acusaciones [que] ya han obtenido un carácter habitual para muchos países. En cuanto pasa algo, inmediatamente acusan a Rusia de injerencia. No, no es así. No hubo ninguna injerencia. Las acusaciones son totalmente infundadas", afirmó el portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov.
*El movimiento internacional LGBT está calificado como organización extremista en el territorio de Rusia y prohibido en el país.