La actitud de EE.UU. hacia Rusia no cambiará tras la toma del posesión del candidato republicano Donald Trump, declaró el miércoles el Ministerio ruso de Asuntos Exteriores.
"La élite política gobernante en Estados Unidos, independientemente de su afiliación partidista, mantiene actitudes antirrusas y una línea de 'contener a Moscú'. Esta línea no está sujeta a las fluctuaciones del barómetro político interno de Estados Unidos, ya sea que estemos hablando de 'Estados Unidos primero de todo' tal como lo interpreta D. Trump y sus partidarios, o del 'orden mundial basado en reglas', en lo que los demócratas están 'fijados'", reza el comunicado.
"No nos hacemos ilusiones sobre el presidente electo estadounidense, muy conocido en Rusia, ni sobre la nueva composición del Congreso, donde, según datos preliminares, los republicanos están ganando terreno", aclara el ministerio.
"La victoria en las elecciones presidenciales estadounidenses de D. Trump, que regresa a la Casa Blanca tras un parón de cuatro años, refleja ciertamente el descontento de los estadounidenses, tanto con los resultados de la Administración de Joe Biden como con el programa electoral del Partido Demócrata propuesto por su candidata nominada apresuradamente en la persona de la vicepresidenta Kamala Harris en lugar del actual jefe de estado", observó el ministerio.
Según la Cancillería rusa, "a pesar de la poderosa campaña de propaganda lanzada contra Donald Trump por los demócratas, utilizando recursos administrativos con el apoyo de los medios de comunicación liberales, el candidato republicano, con la experiencia de su primera Presidencia a sus espaldas, se centró en las cuestiones de la economía y la migración ilegal, que realmente preocupan a los votantes, en contraposición al rumbo globalista de la Casa Blanca".
"En estas condiciones, ni siquiera los defectos crónicos de la 'democracia' estadounidense, con su arcaísmo e inconsistencia con los estándares modernos de elecciones directas, justas y transparentes, ayudaron al grupo gobernante a evitar la derrota de Kamala Harris", reza el texto.
Sin embargo, esto no cambia la profunda división cívica en Estados Unidos, donde el electorado está dividido casi por igual. De hecho, estamos hablando del enfrentamiento entre estados demócratas y republicanos, así como entre partidarios de valores 'progresistas' y tradicionales. Se puede esperar que el regreso de Donald Trump provoque una mayor tensión interna y el resentimiento de los bandos opuestos", resumió el Ministerio ruso de Exteriores.