La derrota del Partido Demócrata estadounidense en las elecciones presidenciales se debe a la falta de un programa específico y a su concentración en consignas de izquierda, de las que la población está cansada, opina el politólogo y periodista ruso Georgui Bovt en un artículo publicado en el portal BFM.RU.
"Los demócratas están jugando demasiado con la agenda izquierdista", escribe el experto. "No han encontrado nada mejor que […] apostar por una mujer negra asiática sin hijos, pero a favor del aborto. […] Y todo de nuevo en aras de la notoria agenda izquierdista, que ejerce demasiada presión sobre los cerebros de los estrategas políticos. Pero desde hace tiempo se ha observado que cualquier propaganda solo es buena mientras uno cree en ella", agrega.
Según Bovt, la vicepresidenta Kamala Harris "logró ganar solo entre las mujeres blancas, especialmente las educadas, claramente debido a su posición liberal sobre el aborto". "Sin embargo, los abortos y las frases generales sobre el compromiso con la democracia en Estados Unidos ya no ganarán elecciones. El pico de la agenda liberal de izquierda ha pasado. Y parece que el Estados Unidos profundo está bastante harta de ella", sostiene.
"No es que mañana se prohíban en Estados Unidos los matrimonios entre personas del mismo sexo y los desfiles del orgullo gay, pero el Estados Unidos profundo ha dejado claro que hay que saber cuándo detenerse. Así como en la financiación interminable de todo y de todos en todo el mundo, incluida Ucrania", considera el experto.
Al mismo tiempo, según el politólogo, "Trump recordó que en política es importante ser preciso al dirigirse a la audiencia" y fue "duro" en sus planes políticos, mientras que "Harris fue extremadamente inarticulada". "No en vano dicen de ella [Harris] que tiene ensalada en la boca. Sin embargo, también en la cabeza. Nunca encontró los acentos adecuados, pronunciando frases y tópicos comunes", valora Bovt.
'Nunca enterró el fantasma de Biden'
A su vez, el medio Politico considera que la candidata demócrata "nunca enterró lo suficiente el fantasma de [el presidente Joe] Biden, lo que limitó severamente su capacidad de vender a los votantes la idea de que su candidatura era la que marcaría el cambio".
"Harris se negó a romper con los cuatro años anteriores, cuando los votantes indicaron que eso era lo que querían. Peor aún, dudó en establecer una línea de separación entre ella y su jefe sobre la mayor vulnerabilidad de Biden -su gestión de la economía- ni en identificar ninguna forma específica en que su presidencia sería diferente", expone el medio.
"El Partido Demócrata se ha convertido en un partido metropolitano, con formación universitaria. Y aunque mantiene su compromiso con los trabajadores, a veces se acerca a ellos con un espíritu misionero: estamos aquí para ayudarlos a ser más como nosotros", comentó por su parte David Axelrod, uno de los principales asesores del expresidente demócrata Barack Obama. "Eso implica desdén. No creo que sea intencional, pero se siente. Y creo que Trump ha explotado eso", concluyó.