La nueva actualización de la Estrategia de Seguridad de EE.UU., difundida la semana pasada, provocó un fuerte rechazo entre funcionarios de la Unión Europea, no solo por su tono, sino por sus duras críticas dirigidas a los tradicionales aliados europeos de Washington.
El documento advierte que Europa se enfrenta a una posible "desaparición de su civilización", debido a décadas de declive económico y a la erosión de los principios democráticos, así como a la inmigración y los fracasos políticos.
Las declaraciones
La Estrategia de Seguridad de EE.UU. también acusa a las élites del Viejo Continente de impulsar "restricciones antidemocráticas" contra las "libertades fundamentales en Europa" y "el resto del mundo democrático". Esto coincide con las declaraciones de varios altos cargos estadounidenses en cuanto al estatus de la libertad de expresión en la UE después de que Bruselas decidiera multar a la plataforma X por una supuesta falta de transparencia.
Elon Musk, propietario de la plataforma, acusó a la UE de censura, al tiempo que denunció sus supuestas tendencias totalitaristas y ataques a la democracia en Internet. Por su parte, el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, catalogó el fallo como un "ataque" a los recursos digitales estadounidenses y aseguró que los días de "censurar" a sus compatriotas en Internet "han terminado", mientras que el presidente Trump tildó lo ocurrido de "asqueroso".
A manera de respuesta, la alta representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Kaja Kallas, rechazó las críticas hacia la UE, a la que calificó como "la esencia misma de la libertad" y sugirió que EE.UU. debería buscar problemas de libertades en otros frentes. "Cualquier crítica de este tipo sobre las libertades aquí debería dirigirse en una dirección diferente. Rusia, quizás", declaró.
Otros de los puntos que resalta el informe son "la represión a la oposición política" y "la pérdida de las identidades nacionales" al igual que "la confianza en sí mismas". Según el informe, el objetivo de Washington debería ser "ayudar a Europa a corregir su trayectoria actual", respaldando a las fuerzas tradicionales, ya que considera que "si las tendencias actuales continúan, el continente será irreconocible en 20 años o menos".
De ahí que el presidente del Consejo Europeo, António Costa, asegurara que la UE no puede aceptar la "amenaza de injerencia" en su vida política. "Estados Unidos no puede reemplazar a los ciudadanos europeos a la hora de elegir qué partidos son buenos y cuáles son malos", sentenció. A la vez, el canciller alemán, Friedrich Merz, rechazó la idea de que la democracia europea necesite ser salvada por Washington.
Asimismo, el exjefe de la diplomacia europea Josep Borrell instó a la UE a resistir a Trump, al que señala de haber declarado una guerra política a la UE. "Quiere una Europa blanca dividida en naciones, sometida a sus exigencias [...] Los líderes europeos deben dejar de negar que Trump es nuestro adversario", condenó.
¿Qué hay detrás del nuevo cambio?
El experto en relaciones internacionales y columnista de Politico Jamie Dettmer señala que el cambio pone a Europa en un lugar para tomar rápidamente algunas decisiones fundamentales, pero "hacer cualquier cosa rápidamente no es el punto fuerte de Europa", sostiene.
Además, añade que no será un camino fácil con los 27 miembros del bloque enfrentando "desafíos económicos críticos" y "profundas divisiones políticas que Washington ha estado tratando de sacudir". "Tratar de superar las cosas no va a funcionar esta vez […]. Las opciones del bloque son duras, sin duda. Tanto si se mueve como si retrocede, le costará a Europa de una manera u otra", vaticina.
De manera similar, Fiódor Lukiánov, redactor jefe de la revista Russia in Global Affairs, indica que el nuevo enfoque de Trump supone un desafío para "todos los principios europeos". Como Lukiánov recuerda, la Casa Blanca nunca ha tenido reparos en interferir en los asuntos internos de otros países, pero estos intentos nunca habían sido tan "revolucionarios" y "subversivos".
"La nueva administración estadounidense rechaza por completo cualquier tipo de estructura supranacional, haciendo hincapié en el Estado propio. Pero los Estados europeos están debilitados. Ahora no pueden simplemente decir: 'Disolvamos la Unión Europea y vivamos como antes'. Como antes no va a funcionar", afirma.
Andréi Kortunov, director del Consejo Ruso de Asuntos Internacionales, explica que la situación tiene varias dimensiones.
"El equipo de Donald Trump percibe a la UE como uno de los principales competidores económicos de Washington. El líder estadounidense ha dicho en repetidas ocasiones que, para EE.UU., la UE es más peligrosa que Rusia y China", señala, y explica que a largo plazo el propósito de Trump es debilitar al bloque para obtener concesiones.
Según, Yevgueni Semibratov, la estrategia de Trump expresa lo que llevan años diciendo en la televisión rusa: "Europa dio un giro equivocado en algún momento".
Para saber más sobre la nueva Estrategia de Seguridad de EE.UU., lea este artículo
