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Empresas de telecomunicaciones de EE.UU., una nueva amenaza a la privacidad
Las mayores empresas de telecomunicaciones estadounidenses están promoviendo legislaciones más laxas en cuanto a la protección de los datos privados de sus clientes.
Según el diario de negocios británico 'Financial Times', al menos dos compañías de este tipo, Comcast y Verizon, están presionando mediante 'lobbies' para cambiar las normas de regulación estatal de su mercado.
Esta medida les permitiría vender los datos sobre el uso telefónico y de otros servicios que ofrecen, al igual que lo hacen Google y Facebook.
Estas maniobras fomentan la desconfianza entre una buena parte del público, dado que no solo el Gobierno intenta acceder a sus datos, sino también las compañías privadas.
La información ha surgido en medio de debates sobre la amenaza a la privacidad de los estadounidenses provocados por las revelaciones sobre la vigilancia estatal hechas por el extécnico de la CIA Edward Snowden en junio pasado.
Pese a que estas prácticas están saliendo ahora a luz, expertos afirman que se utilizan desde hace varios años.
"El proyecto se está llevando a cabo desde hace más de diez años, bajo el nombre de 'Echelon'. Lo que los norteamericanos están tratando de hacer es beneficiarse del espionaje industrial, es el interés número uno, con la excusa de las medidas contra el terrorismo", comentó el escritor y analista político Charles del Campo.
El sistema Echelon, creado en la época de la Guerra Fría por EE.UU. para controlar las comunicaciones militares y diplomáticas de la Unión Soviética, mantiene bajo su control el 90% de las comunicaciones a nivel mundial. Además dispone de al menos 120 estaciones fijas y satélites geoestacionarios. Al igual que el programa PRISM, el Echelon fue fraguado por la Agencia de Seguridad Nacional (NSA).
La red de espionaje masivo, conocida también como 'Cinco Ojos', es capaz de interceptar al menos 3.000 millones de llamadas telefónicas, emails y faxes cada día. Las bases y satélites están instalados por todo el mundo, empezando por las grandes redes de complejos en EE.UU., Canadá y Reino Unido, hasta Australia o Nueva Zelanda.
Esta medida les permitiría vender los datos sobre el uso telefónico y de otros servicios que ofrecen, al igual que lo hacen Google y Facebook.
El proyecto se está llevando a cabo desde hace más de diez años, bajo el nombre de 'Echelon'. Lo que los norteamericanos están tratando de hacer es beneficiarse del espionaje industrial, es el interés número uno, con la excusa de las medidas contra el terrorismo
Estas maniobras fomentan la desconfianza entre una buena parte del público, dado que no solo el Gobierno intenta acceder a sus datos, sino también las compañías privadas.
La información ha surgido en medio de debates sobre la amenaza a la privacidad de los estadounidenses provocados por las revelaciones sobre la vigilancia estatal hechas por el extécnico de la CIA Edward Snowden en junio pasado.
Pese a que estas prácticas están saliendo ahora a luz, expertos afirman que se utilizan desde hace varios años.
"El proyecto se está llevando a cabo desde hace más de diez años, bajo el nombre de 'Echelon'. Lo que los norteamericanos están tratando de hacer es beneficiarse del espionaje industrial, es el interés número uno, con la excusa de las medidas contra el terrorismo", comentó el escritor y analista político Charles del Campo.
El sistema Echelon, creado en la época de la Guerra Fría por EE.UU. para controlar las comunicaciones militares y diplomáticas de la Unión Soviética, mantiene bajo su control el 90% de las comunicaciones a nivel mundial. Además dispone de al menos 120 estaciones fijas y satélites geoestacionarios. Al igual que el programa PRISM, el Echelon fue fraguado por la Agencia de Seguridad Nacional (NSA).
La red de espionaje masivo, conocida también como 'Cinco Ojos', es capaz de interceptar al menos 3.000 millones de llamadas telefónicas, emails y faxes cada día. Las bases y satélites están instalados por todo el mundo, empezando por las grandes redes de complejos en EE.UU., Canadá y Reino Unido, hasta Australia o Nueva Zelanda.
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