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Perestroika al revés: la purga en las alturas de Corea del Norte refuerza la línea dura
El despido del tío del líder norcoreano, Kim Jong-un, no es una muestra de inestabilidad del régimen, sino que muestra que el joven líder mantiene un control firme y que es capaz de consolidar su poder y expulsar a sus rivales.
El hombre, considerado segundo al mando en la jerarquía política de Corea del Norte, fue denunciado públicamente, relevado de todos sus cargos e incluso expulsado por policías durante una asamblea política.
Jang Song- thaek, el marido de la hermana del anterior líder, Kim Jong- il, llevaba más de cuatro décadas vinculado políticamente a la familia gobernante de Corea del Norte.
Subió en la jerarquía del partido, cayó en desgracia en 2004, se recuperó en 2006 y consiguió un alto puesto militar en 2011, tras el ascenso de Kim Jong-un.
Jang aparecía con frecuencia en público como mentor y asesor del joven líder, se le considera una persona clave para mantener la estabilidad del régimen tras la muerte de Kim Jong-il y se cree generalmente que es él quien manejaba los asuntos económicos del Estado, especialmente los proyectos conjuntos con China.
La destitución de Jang, acompañada de las denuncias abiertas contra él en los medios de comunicación estatales, efectivamente no tienen precedentes en la historia norcoreana reciente.
Algunas fuentes indican que Jang ya está siendo tratado como León Trotski por Stalin, dado que su nombre y su imagen han empezado a ser borrados de los documentales y artículos.
En el cortejo fúnebre por Kim Jong-il en 2011, Kim Jong-un caminó al lado de un Lincoln Continental negro que transportaba el ataúd de su padre, junto con la llamada "banda de los siete", compuesta por figuras de la élite que los analistas predijeron que serían el núcleo del círculo íntimo del joven sucesor. En 2013, cuatro de los siete –incluido Jang Song-thaek- han sido relevados y uno más ha sido degradado.
Las purgas anteriores aparecían en los medios estatales mencionadas sólo de pasada. Por el contrario, Jang ha sido objetivo de una dura campaña mediática en la que se le ha acusado de consumir drogas, ser mujeriego, jugador, corrupto y de comportarse "de manera capitalista".
El comunicado de prensa oficial divulgado por los medios estatales acusa a Jang y a sus ayudantes de actos contrarrevolucionarios, entre los que destacan explícitamente los fallos de Jang en la implementación de políticas dictadas por los militares y sus intenciones de formar una facción rival dentro del Partido de los Trabajadores.
También está acusado de desafiar a la gerencia del partido, generar el caos en el sistema de administración financiera del Estado y vender a precios bajos recursos preciosos del país, lo que se puede interpretar como una crítica a la política económica de Jang que otorgaba preferencias a China en el sector minero del país.
Jang estaba influido por el "modo de vida capitalista" y "fingía defender al partido y al líder, pero tenía aspiraciones diferentes y mantenía un doble juego", según el comunicado.
La reprimenda pública que recibió Jang tampoco es habitual, porque sugiere que el partido y el líder estaban equivocados al tener a un funcionario desleal en los altos círculos de liderazgo durante un largo período.
"Algunas fuentes de inteligencia incluso veían a Jang como la persona detrás de la toma de decisiones en esta época de Kim Jong-un, y la explicación que proporcionaron los medios estatales sobre la expulsión de Jang solo confirma el poderoso estatus que tenía", opina el analista político Nile Bowie.
Jang fue considerado como uno de los funcionarios de élite más reformistas y un supuesto defensor de las reformas de mercado al estilo chino.
También fue el presidente de un comité norcoreano-chino que supervisó el desarrollo y la administración de la zonas especial económica de Rason y de las islas de Hwanggumpyong y Wihwa, regiones en las que Pyongyang está experimentando cautelosamente con inversiones extranjeras y empresas conjuntas.
Fuentes surcoreanas afirman que la expulsión de Jang tiene su origen en los desacuerdos sobre cómo impulsar la economía, ya que su facción apoyaba una apertura al estilo chino, mientras que Kim Jong-un y sus compañeros de línea dura persiguen una apertura parcial a través de las bien controladas zonas económicas y de los proyectos conjuntos.
Fuentes de inteligencia suponen que políticos intransigentes de la línea más dura ocuparán el vacío dejado por Jang. Concretamente suena el nombre del jefe del politburó del Ejército Popular, Choi Ryong-hae, quien ha ascendido rápidamente en las filas de las Fuerzas Armadas desde que Kim Jong-un llegara al poder.
Jang y Choi son considerados dos pesos pesados fundamentales del régimen de Kim Jong-un y las relaciones entre ambos presuntamente se deterioraron tras el lanzamiento del cohete de largo alcance en 2012 y la tercera prueba nuclear en febrero pasado. Jang abogaba por una postura más moderada de Corea del Norte ante la comunidad internacional mientras Choi representa a las facciones más reaccionarias.
"La expulsión de Jang puede haber sido el resultado de su derrota en la lucha con Choi, quien presuntamente estuvo detrás de las detenciones de los colaboradores más cercanos de Jang por cargos de corrupción", subrayó el analista.
En 2012, Jang fue visto en público acompañando a Kim Jong-un, pero en 2013 fotografiaban con el joven líder a Choi con más frecuencia que a Jang.
En mayo pasado, Choi fue enviado a China como representante especial de Kim Jong-un para celebrar un encuentro con el presidente chino Xi Jinping, probablemente en un intento de romper el hielo tras el deterioro en las relaciones causado por el lanzamiento del cohete en 2012.
"El ascenso de Choi significa que las políticas conservadoras seguirán siendo el pilar principal en el manejo por Kim Jong-un de los asuntos militares y económicos.
La expulsión de Jang simbólicamente marca el momento en que el liderazgo de Kim Jong-un pasa de un 'sistema de tutela' por un grupo de políticos a uno de liderazgo por una sola persona, opina Bowie.
"Mientras que algunos pueden argumentar que un desafío al status quo representa un reto significativo para la familia gobernante, Kim Jong-un ha sido capaz de contener a las facciones rivales y consolidar su control sobre el partido", afirmó el analista.
A juzgar por su lenguaje corporal y su política, el líder ha asumido su papel por completo desde que llegó al poder en 2011 y tiene la última palabra. Mientras tanto, Corea del Norte está experimentando el auge de construcción más significativo en décadas bajo su Gobierno, utilizando los fondos procedentes de los proyectos de desarrollo conjuntos con Rusia y China. Kim Jong-un también mantiene un control firme sobre las Fuerzas Armadas y la economía, que poco a poco va creciendo.
La destitución de un alto cargo reformista como Jang Song-thaek sugiere que no habrá una apertura al estilo chino a corto plazo, sino más bien un experimento vigilado sin abandonar el internacionalmente condenado programa nuclear.
A lo largo de las últimas dos décadas los analistas predecían la caída del régimen, pero la familia gobernante se ha recuperado en los últimos tiempos tras pasar el punto más bajo en plena crisis alimenticia a mediados de los 90.
Según señala el académico ruso Andrei Lankov , "Corea del Norte quizás se encuentra mucho mejor ahora que en cualquier otro momento de su historia desde 1945".
"Corea del Norte está a flote, el colapso no es inminente, los opositores han sido advertidos y el régimen se mantiene fuerte", concluye el analista Nile Bowie.
Jang Song- thaek, el marido de la hermana del anterior líder, Kim Jong- il, llevaba más de cuatro décadas vinculado políticamente a la familia gobernante de Corea del Norte.
Subió en la jerarquía del partido, cayó en desgracia en 2004, se recuperó en 2006 y consiguió un alto puesto militar en 2011, tras el ascenso de Kim Jong-un.
Jang aparecía con frecuencia en público como mentor y asesor del joven líder, se le considera una persona clave para mantener la estabilidad del régimen tras la muerte de Kim Jong-il y se cree generalmente que es él quien manejaba los asuntos económicos del Estado, especialmente los proyectos conjuntos con China.
La destitución de Jang, acompañada de las denuncias abiertas contra él en los medios de comunicación estatales, efectivamente no tienen precedentes en la historia norcoreana reciente.
Algunas fuentes indican que Jang ya está siendo tratado como León Trotski por Stalin, dado que su nombre y su imagen han empezado a ser borrados de los documentales y artículos.
"Aspiraciones diferentes"
En el cortejo fúnebre por Kim Jong-il en 2011, Kim Jong-un caminó al lado de un Lincoln Continental negro que transportaba el ataúd de su padre, junto con la llamada "banda de los siete", compuesta por figuras de la élite que los analistas predijeron que serían el núcleo del círculo íntimo del joven sucesor. En 2013, cuatro de los siete –incluido Jang Song-thaek- han sido relevados y uno más ha sido degradado.
Las purgas anteriores aparecían en los medios estatales mencionadas sólo de pasada. Por el contrario, Jang ha sido objetivo de una dura campaña mediática en la que se le ha acusado de consumir drogas, ser mujeriego, jugador, corrupto y de comportarse "de manera capitalista".
El comunicado de prensa oficial divulgado por los medios estatales acusa a Jang y a sus ayudantes de actos contrarrevolucionarios, entre los que destacan explícitamente los fallos de Jang en la implementación de políticas dictadas por los militares y sus intenciones de formar una facción rival dentro del Partido de los Trabajadores.
También está acusado de desafiar a la gerencia del partido, generar el caos en el sistema de administración financiera del Estado y vender a precios bajos recursos preciosos del país, lo que se puede interpretar como una crítica a la política económica de Jang que otorgaba preferencias a China en el sector minero del país.
Jang estaba influido por el "modo de vida capitalista" y "fingía defender al partido y al líder, pero tenía aspiraciones diferentes y mantenía un doble juego", según el comunicado.
La reprimenda pública que recibió Jang tampoco es habitual, porque sugiere que el partido y el líder estaban equivocados al tener a un funcionario desleal en los altos círculos de liderazgo durante un largo período.
"Algunas fuentes de inteligencia incluso veían a Jang como la persona detrás de la toma de decisiones en esta época de Kim Jong-un, y la explicación que proporcionaron los medios estatales sobre la expulsión de Jang solo confirma el poderoso estatus que tenía", opina el analista político Nile Bowie.
Comienza una época de políticos intransigentes
Jang fue considerado como uno de los funcionarios de élite más reformistas y un supuesto defensor de las reformas de mercado al estilo chino.
También fue el presidente de un comité norcoreano-chino que supervisó el desarrollo y la administración de la zonas especial económica de Rason y de las islas de Hwanggumpyong y Wihwa, regiones en las que Pyongyang está experimentando cautelosamente con inversiones extranjeras y empresas conjuntas.
Fuentes surcoreanas afirman que la expulsión de Jang tiene su origen en los desacuerdos sobre cómo impulsar la economía, ya que su facción apoyaba una apertura al estilo chino, mientras que Kim Jong-un y sus compañeros de línea dura persiguen una apertura parcial a través de las bien controladas zonas económicas y de los proyectos conjuntos.
Fuentes de inteligencia suponen que políticos intransigentes de la línea más dura ocuparán el vacío dejado por Jang. Concretamente suena el nombre del jefe del politburó del Ejército Popular, Choi Ryong-hae, quien ha ascendido rápidamente en las filas de las Fuerzas Armadas desde que Kim Jong-un llegara al poder.
Jang y Choi son considerados dos pesos pesados fundamentales del régimen de Kim Jong-un y las relaciones entre ambos presuntamente se deterioraron tras el lanzamiento del cohete de largo alcance en 2012 y la tercera prueba nuclear en febrero pasado. Jang abogaba por una postura más moderada de Corea del Norte ante la comunidad internacional mientras Choi representa a las facciones más reaccionarias.
"La expulsión de Jang puede haber sido el resultado de su derrota en la lucha con Choi, quien presuntamente estuvo detrás de las detenciones de los colaboradores más cercanos de Jang por cargos de corrupción", subrayó el analista.
En 2012, Jang fue visto en público acompañando a Kim Jong-un, pero en 2013 fotografiaban con el joven líder a Choi con más frecuencia que a Jang.
En mayo pasado, Choi fue enviado a China como representante especial de Kim Jong-un para celebrar un encuentro con el presidente chino Xi Jinping, probablemente en un intento de romper el hielo tras el deterioro en las relaciones causado por el lanzamiento del cohete en 2012.
"El ascenso de Choi significa que las políticas conservadoras seguirán siendo el pilar principal en el manejo por Kim Jong-un de los asuntos militares y económicos.
Adivinando el futuro
La expulsión de Jang simbólicamente marca el momento en que el liderazgo de Kim Jong-un pasa de un 'sistema de tutela' por un grupo de políticos a uno de liderazgo por una sola persona, opina Bowie.
"Mientras que algunos pueden argumentar que un desafío al status quo representa un reto significativo para la familia gobernante, Kim Jong-un ha sido capaz de contener a las facciones rivales y consolidar su control sobre el partido", afirmó el analista.
A juzgar por su lenguaje corporal y su política, el líder ha asumido su papel por completo desde que llegó al poder en 2011 y tiene la última palabra. Mientras tanto, Corea del Norte está experimentando el auge de construcción más significativo en décadas bajo su Gobierno, utilizando los fondos procedentes de los proyectos de desarrollo conjuntos con Rusia y China. Kim Jong-un también mantiene un control firme sobre las Fuerzas Armadas y la economía, que poco a poco va creciendo.
La destitución de un alto cargo reformista como Jang Song-thaek sugiere que no habrá una apertura al estilo chino a corto plazo, sino más bien un experimento vigilado sin abandonar el internacionalmente condenado programa nuclear.
A lo largo de las últimas dos décadas los analistas predecían la caída del régimen, pero la familia gobernante se ha recuperado en los últimos tiempos tras pasar el punto más bajo en plena crisis alimenticia a mediados de los 90.
Según señala el académico ruso Andrei Lankov , "Corea del Norte quizás se encuentra mucho mejor ahora que en cualquier otro momento de su historia desde 1945".
"Corea del Norte está a flote, el colapso no es inminente, los opositores han sido advertidos y el régimen se mantiene fuerte", concluye el analista Nile Bowie.
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