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El jefe del Ejército Libre Sirio huye del país
El comandante en jefe del grupo rebelde Ejército Libre Sirio, Salim Idris, se vio obligado a darse a la fuga después de que su cuartel general y los depósitos de municiones fueran ocupados por el contrincante Frente Islámico.
Según reportó una fuente del periódico 'The Wall Street Journal' en la Casa Blanca, primero Idris se desplazó a Turquía y posteriormente a la capital catarí, Doha. "Tenía que huir, porque el Frente Islámico se apoderó de su Estado Mayor", indicó la fuente.
Los islamistas radicales asimismo establecieron control sobre los sitios claves donde el Ejército Libre Sirio almacenaba la ayuda que le habían enviado los países occidentales, incluidos municiones y medios de resistencia "no letales". Esta desventaja no solo obligó a huir al líder de las fuerzas antigubernamentales respaldado por EE.UU., sino que también provocó la suspensión inmediata de la ayuda británica y estadounidense.
"Estos acontecimientos son una prueba de que el Ejército Libre Sirio pierde ante el empuje de los islamistas", destaca el periódico neoyorquino. "Todo ello obstaculizará considerablemente que la Administración de Obama organice la conferencia de paz programada para el próximo mes, a la que deberían asistir representantes de los rebeldes y del régimen".
Salim Idris, de 56 años, recibió una buena educación en Alemania y poseteriormente hizo el servicio militar en Siria. Después de conseguir el grado militar de general de brigada, desertó en julio de 2012, en medio del conflicto interno. Posteriormente se personó en el campo de los rebeldes y se autoproclamó uno de los líderes de la oposición armada al Gobierno de Bashar al Assad. En diciembre de ese mismo año, durante una reunión en Turquía, fue electo por los jefes de los grupos armados que integraban el Ejército Libre Sirio para encabezar su denominado Consejo Supremo.
Durante este último año, siempre que su nombre aparecía en los noticieros se mencionaba alguna descarada exigencia por su parte. Así, condicionó su participación en la conferencia de paz (Ginebra 2) al suministro de armas y municiones a los rebeldes por parte de países de Occidente.
Los islamistas radicales asimismo establecieron control sobre los sitios claves donde el Ejército Libre Sirio almacenaba la ayuda que le habían enviado los países occidentales, incluidos municiones y medios de resistencia "no letales". Esta desventaja no solo obligó a huir al líder de las fuerzas antigubernamentales respaldado por EE.UU., sino que también provocó la suspensión inmediata de la ayuda británica y estadounidense.
"Estos acontecimientos son una prueba de que el Ejército Libre Sirio pierde ante el empuje de los islamistas", destaca el periódico neoyorquino. "Todo ello obstaculizará considerablemente que la Administración de Obama organice la conferencia de paz programada para el próximo mes, a la que deberían asistir representantes de los rebeldes y del régimen".
Salim Idris, de 56 años, recibió una buena educación en Alemania y poseteriormente hizo el servicio militar en Siria. Después de conseguir el grado militar de general de brigada, desertó en julio de 2012, en medio del conflicto interno. Posteriormente se personó en el campo de los rebeldes y se autoproclamó uno de los líderes de la oposición armada al Gobierno de Bashar al Assad. En diciembre de ese mismo año, durante una reunión en Turquía, fue electo por los jefes de los grupos armados que integraban el Ejército Libre Sirio para encabezar su denominado Consejo Supremo.
Durante este último año, siempre que su nombre aparecía en los noticieros se mencionaba alguna descarada exigencia por su parte. Así, condicionó su participación en la conferencia de paz (Ginebra 2) al suministro de armas y municiones a los rebeldes por parte de países de Occidente.
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