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Escocia se acerca al momento de elegir sobre su soberanía, ¿ser o no ser?
La integridad territorial del Reino Unido, que tradicionalmente ha sido un símbolo de unidad, está en riesgo. Dentro de unos días Escocia, que los últimos dos años busca la soberanía, decidirá su futuro: seguir siendo parte del Reino Unido o no.
El 18 de septiembre los escoceses acudirán a las urnas para responder a la pregunta "¿Cree usted que Escocia debería ser un país independiente?". Podrán votar los escoceses mayores de 16 años. Si la mayoría de los votantes responde afirmativamente, la nación se independizará del Reino Unido el 24 de marzo de 2016.
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A lo largo de la historia ingleses y escoceses se han enfrentado en multitud de batallas en las que se han perdido cientos de miles de vidas. Al final en el año 1707 Escocia formalizó legalmente su unión con Inglaterra y en el proceso de descentralización que tuvo lugar en 1997 consiguió una autonomía limitada. Desde 1999 Escocia cuenta con su propio Parlamento y poder ejecutivo. Sin embargo, sus competencias se limitan principalmente a la educación, la cultura, la salud, el transporte y el medio ambiente. Además, Escocia tiene tradicionalmente su propio sistema judicial.
Sin embargo, una parte de Escocia quiere más: ser un país soberano. La campaña para la independencia de la región fue impulsada por el movimiento sociopolítico Yes Scotland ('sí Escocia'), lanzado el 25 de mayo de 2012. El primer ministro escocés, Alex Salmond, pidió a los "verdaderos escoceses" que se pronunciaran a favor de la soberanía en el referéndum. Para Salmond es el momento de que Escocia tome el control de su propio destino.
Pero el Reino Unido no tardó en darse cuenta de que la independencia de Escocia era más que una mera hipótesis y durante el año pasado la cuestión fue de hecho uno de los principales problemas de la política interior del Reino Unido. Incluso la reina, Isabel II, estos días parece estar extremadamente preocupada por la probabilidad de que Escocia abandone el Reino Unido.
Como escribe el portal okinform, "algunos sociólogos opinan que muchos escoceses aspiran a una sociedad más equitativa, justa y saludable tras la independencia. Además, los escoceses lo tienen todo: petróleo, gas, energías renovables, alimentación ecológica, un gran potencial educativo (varias universidades con fama mundial)", subraya.
"Este plebiscito es más de clase que de identidad nacional. La población humilde, trabajadora de Escocia sufrió mucho por el cierre de las minas y las empresas industriales en su tierra. Por lo tanto, los conservadores aquí desde hace mucho tiempo no gozan de gran respeto. El Parlamento local ahora es prácticamente de un solo partido por lo que el Partido Nacional de Escocia, encabezado por el primer ministro Salmond, lo dirige todo, incluido el derecho a un referéndum", señaló al portal Oleg Makarenko, empresario de origen ruso que lleva muchos años viviendo en Edimburgo.
"Es cierto que en las últimas semanas se ha disparado el número de escoceses que desean votar a favor de la independencia. Esto puede estar relacionado con la intensa campaña propagandista", dijo a RIA Novosti el sociólogo y politólogo ruso Pável Kanevski, quien añadió que todavía "es impredecible el resultado del referéndum".
Para el experto, los partidarios de la independencia apelan principalmente a los sentimientos del electorado. "La independencia, la autonomía tiene un aspecto emocional. En este sentido los que se oponen a la independencia se remiten sobre todo a los costos económicos de la decisión, y sinceramente, su campaña es mucho más aburrida", explica Kanevski.
De ganar el 'sí' en la consulta, Escocia podría convertirse en un Estado independiente el 24 de marzo 2016, y entonces se celebrarían las primeras elecciones para elegir un Parlamento independiente escocés.
La fecha del referéndum tiene además una fuerte carga histórica para Escocia: el 24 de marzo del año 1707 se firmó el Acta de Unión con Inglaterra, que supuso el inicio de más de 306 años de dependencia. Sin embargo, la fecha coincide también con un momento simbólico: se cumplen 700 años de la batalla de Bannockburn, la victoria más importante de las tropas escocesas sobre las inglesas en las guerras de independencia.
Pero si ganase el 'no', es probable que Londres discuta con Escocia la posibilidad de ceder más poderes al actual Parlamento escocés, opinan algunos analistas. Cabe recordar que hace unos días Londres anunció el desarrollo de un plan de mayor autonomía fiscal para Escocia si esta rechaza su independencia en el próximo referéndum.
En opinión del politólgo Andréi Rogachiov, "los nacionalistas escoceses entienden la responsabilidad que recae sobre sus hombros. De hecho, después de la separación no podrán echar la culpa de sus fracasos al Reino Unido. Así que creo que el resultado del referéndum es absolutamente impredecible. Es posible que los escoceses atemoricen hasta el último momento a Londres con la independencia pero al final se limiten a lograr derechos adicionales para su la autonomía", señala.
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Largo camino hacia la independencia
A lo largo de la historia ingleses y escoceses se han enfrentado en multitud de batallas en las que se han perdido cientos de miles de vidas. Al final en el año 1707 Escocia formalizó legalmente su unión con Inglaterra y en el proceso de descentralización que tuvo lugar en 1997 consiguió una autonomía limitada. Desde 1999 Escocia cuenta con su propio Parlamento y poder ejecutivo. Sin embargo, sus competencias se limitan principalmente a la educación, la cultura, la salud, el transporte y el medio ambiente. Además, Escocia tiene tradicionalmente su propio sistema judicial.
Sin embargo, una parte de Escocia quiere más: ser un país soberano. La campaña para la independencia de la región fue impulsada por el movimiento sociopolítico Yes Scotland ('sí Escocia'), lanzado el 25 de mayo de 2012. El primer ministro escocés, Alex Salmond, pidió a los "verdaderos escoceses" que se pronunciaran a favor de la soberanía en el referéndum. Para Salmond es el momento de que Escocia tome el control de su propio destino.
Pero el Reino Unido no tardó en darse cuenta de que la independencia de Escocia era más que una mera hipótesis y durante el año pasado la cuestión fue de hecho uno de los principales problemas de la política interior del Reino Unido. Incluso la reina, Isabel II, estos días parece estar extremadamente preocupada por la probabilidad de que Escocia abandone el Reino Unido.
Por qué Escocia quiere la independencia
La pregunta principal que se plantea es por qué parte de la población de Escocia, donde la calidad de la vida es buena, quiere separarse.Como escribe el portal okinform, "algunos sociólogos opinan que muchos escoceses aspiran a una sociedad más equitativa, justa y saludable tras la independencia. Además, los escoceses lo tienen todo: petróleo, gas, energías renovables, alimentación ecológica, un gran potencial educativo (varias universidades con fama mundial)", subraya.
"Este plebiscito es más de clase que de identidad nacional. La población humilde, trabajadora de Escocia sufrió mucho por el cierre de las minas y las empresas industriales en su tierra. Por lo tanto, los conservadores aquí desde hace mucho tiempo no gozan de gran respeto. El Parlamento local ahora es prácticamente de un solo partido por lo que el Partido Nacional de Escocia, encabezado por el primer ministro Salmond, lo dirige todo, incluido el derecho a un referéndum", señaló al portal Oleg Makarenko, empresario de origen ruso que lleva muchos años viviendo en Edimburgo.
"Es impredecible el resultado del referéndum"
Un sondeo realizado la semana pasada reveló que un 51% de los encuestados apoyan la independencia, mientras que los partidarios de la unión se han reducido a un 49% en un cambio brusco frente a la ventaja de 22% que tenían los unionistas hace un mes."Es cierto que en las últimas semanas se ha disparado el número de escoceses que desean votar a favor de la independencia. Esto puede estar relacionado con la intensa campaña propagandista", dijo a RIA Novosti el sociólogo y politólogo ruso Pável Kanevski, quien añadió que todavía "es impredecible el resultado del referéndum".
Para el experto, los partidarios de la independencia apelan principalmente a los sentimientos del electorado. "La independencia, la autonomía tiene un aspecto emocional. En este sentido los que se oponen a la independencia se remiten sobre todo a los costos económicos de la decisión, y sinceramente, su campaña es mucho más aburrida", explica Kanevski.
Y después del referéndum, ¿qué?
De ganar el 'sí' en la consulta, Escocia podría convertirse en un Estado independiente el 24 de marzo 2016, y entonces se celebrarían las primeras elecciones para elegir un Parlamento independiente escocés.
La fecha del referéndum tiene además una fuerte carga histórica para Escocia: el 24 de marzo del año 1707 se firmó el Acta de Unión con Inglaterra, que supuso el inicio de más de 306 años de dependencia. Sin embargo, la fecha coincide también con un momento simbólico: se cumplen 700 años de la batalla de Bannockburn, la victoria más importante de las tropas escocesas sobre las inglesas en las guerras de independencia.
Pero si ganase el 'no', es probable que Londres discuta con Escocia la posibilidad de ceder más poderes al actual Parlamento escocés, opinan algunos analistas. Cabe recordar que hace unos días Londres anunció el desarrollo de un plan de mayor autonomía fiscal para Escocia si esta rechaza su independencia en el próximo referéndum.
En opinión del politólgo Andréi Rogachiov, "los nacionalistas escoceses entienden la responsabilidad que recae sobre sus hombros. De hecho, después de la separación no podrán echar la culpa de sus fracasos al Reino Unido. Así que creo que el resultado del referéndum es absolutamente impredecible. Es posible que los escoceses atemoricen hasta el último momento a Londres con la independencia pero al final se limiten a lograr derechos adicionales para su la autonomía", señala.
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