La política brasileña inspira a que América Latina reconozca Palestina
Ecuador, siguiendo el ejemplo de Brasil, Argentina, Bolivia, reconoció ayer el Estado Palestino, continuando así la oleada de reconocimiento en Latinoamérica. La experta de RT, la analista política Mercedes López, afirma que esta tendencia ha sido inspirada por la política brasileña.
“La oleada de reconocimiento en América Latina de la soberanía y la independencia del Estado palestino tiene que ver básicamente con la influencia de Brasil en el Medio Oriente. Con esta apuesta que ha hecho el Gobierno de Lula da Silva por tener un rol importante en el Medio Oriente, por ejemplo, en que no haya sanciones contra el programa nuclear iraní, que lograran una solución pacífica en este acuerdo que propuso tanto Brasil como Turquía, en esas buenas relaciones con Irán”, dice López, añadiendo que por otro lado esta tendencia se debe a la intención de América Latina de mostrar una independencia respecto a la postura de Estados Unidos, mucho más cercana a la de Israel.
Chile y México también están pensando en reconocer el Estado Palestino. Cabe destacar la fuerte representación palestina en Chile, con sus 300.000 residentes, el mayor número de palestinos en toda Latinoamérica.
Este proceso iniciado en América Latina puede transformarse para Israel en la peor crisis de la diplomacia en su historia. Israel califica el creciente reconocimiento internacional del Estado de Palestina como la “intifada de seda”. “Aún no se trata de un reconocimiento de la soberanía palestina, pero el temor es que lo que empezó como una ola de apoyo procedente de América Latina se convierta en un tsunami diplomático global e imparable”, citó 'La Vanguardia', de las declaraciones de las fuentes diplomáticas israelíes.
Recientemente, Estados Unidos declaró que utilizaría su derecho de veto en el caso de una votación en la ONU a favor de la creación del Estado Palestino con las fronteras de 1967.
En la actualidad, las negociaciones pacíficas entre Palestina e Israel se han congelado debido a la negación del Gobierno Israelí de acabar la construcción de colonias en Cisjordania.