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Demócratas y republicanos: ¿a quién le importa el voto hispano?

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Durante las próximas elecciones presidenciales en EE. UU., el voto del electorado de origen hispano podría desequilibar la balanza en favor de alguno de los dos principales partidos del país.

Durante las próximas elecciones presidenciales en EE. UU., el voto del electorado de origen hispano podría desequilibar la balanza en favor de alguno de los dos principales partidos del país.

De acuerdo con el último censo realizado en 2010, en EE. UU. viven 50 millones de hispanos, cantidad casi dos veces mayor a la registrada en el censo de la década anterior. Actualmente este grupo social es el segundo más numeroso en el país después de los blancos no hispanos, y está creciendo casi siete veces más rápido que los demás grupos étnicos.

Asimismo, durante las elecciones legislativas del año pasado, los hispanos supusieron casi el 7% del electorado, de acuerdo con los datos de Centro Pew Hispano.

Demócratas

Aunque los demócratas, encabezados por Barack Obama, no han logrado aprobar la reforma migratoria que era una de las banderas de la campaña electoral del actual mandatario norteamericano, el partido sigue apostando por el electorado de origen hispano, que les dio más del 60% de sus votos en las últimas elecciones presidenciales.

Así, por ejemplo, la presidenta del Comité Nacional Demócrata, Debbie Wasserman Schultz, reprobó en su reciente declaración las leyes antiinmigrante de los estados de Arizona y Georgia, calificándolas de “inaceptables y contrarias a la esencia de EE. UU.”. La política aseguró: “Los demócratas, bajo el liderazgo del presidente Obama, apoyan una reforma de inmigración integral, queremos asegurarnos de que podemos encontrar una manera para dirigirnos a los 12 millones de inmigrantes indocumentados que están aquí, en este país”.

Asimismo la demócrata subrayó que la reciente crisis económica “golpeó desproporcionadamente” a los hispanos y confirmó el compromiso de sus partidarios para crear más puestos de trabajo para este sector de la sociedad norteamericana. “La comunidad hispana ha sido golpeada desproporcionadamente por la recesión y nosotros nos queremos asegurar de que nuestra atención como partido se dirija a continuar centrándonos en la creación de trabajos, asegurar que podamos reducir la tasa de desempleo, poner a la gente a trabajar de nuevo”, señaló Wasserman Schultz.

A su vez, la visita del presidente Obama a Puerto Rico, realizada esta semana, es un paso más de los demócratas encaminado a ganar los votos del electorado hispano. Cabe mencionar que en el territorio de EE. UU. viven más de 4,5 millones de puertorriqueños, mientras que en la misma isla hay alrededor de 3,7 millones de personas. “Durante mi campaña como presidente, prometí incluir a Puerto Rico no sólo en mi itinerario, sino también en mi visión de hacia dónde debe ir nuestro país. Estoy orgulloso de decir que mantuvimos esa promesa también”, declaró el mandatario estadounidense, que fue recibido por el gobernador, Luis Fortuño.

Obama se reunió con las autoridades locales para analizar la posibilidad de realizar una consulta sobre el estatus político de Puerto Rico y las medidas para mejorar la situación económica en este Estado asociado.

Republicanos

Por su parte, el Partido Republicano parece no centrar la atención en el voto hispano. Durante los debates de los precandidatos republicanos iniciados el lunes los siete pretendientes se pronunciaron en contra de la reforma migratoria.

Las iniciativas antiinmigrante de los republicanos les crean una mala imágen entre la población latina. Y algunos activistas afirman que al presentarlas, se ignora una fuerza electoral muy importante en los próximos comicios presidenciales. “Ahora se está viendo un movimiento conservador republicano que no está prestando atención al voto latino”, señala Juan Carlos Ruiz, director ejecutivo de Latino Action Coalition. Este movimiento republicano del que habla Ruiz, está usando la “discriminación y el racismo para poder movilizar a los votantes dentro del partido. En cada estado donde hay un liderazgo republicano los ataques contra los inmigrantes se están haciendo mucho más fuertes”, dice, añadiendo que “este tipo de movimiento republicano es muy dañino para los principios fundamentales democráticos en base a los cuales este país se creó”.

Entre las normas legales antiinmigrante aprobadas últimamente en EE. UU. destaca la llamada Ley de Traspaso de Indocumentados (la ley HB56), firmada hace poco por el gobernador republicano de Alabama, Robert Bentley. Esta ley entrará en vigor el próximo 1 de septiembre y es considerada aún más dura que la polémica ley SB1070 de Arizona.

Esta norma legal autoriza a la policía del Estado, entre otras cosas, a detener a cualquier persona si se tiene una "sospecha razonable" de que está de manera irregular en el país. También niega el acceso a la educación superior a inmigrantes indocumentados y obliga a las empresas de Alabama a utilizar el programa federal E-Verify para verificar el estatus migratorio de sus empleados, penalizando a los negocios que contratan a indocumentados. Los estados de Georgia y Tennessee también aprobado leyes que convierten el E-Verify en obligatorioen su territorio y actualmente los republicanos promueven la aplicación de ese programa a nivel nacional.

Además la ley HB56 convierte en delito el transporte o albergue de inmigrantes indocumentados, lo que afecta a miles de personas de estatus legal que tienen familiares sin papeles. A su vez, no llevar consigo los documentos de identificación también será un delito estatal.

Cabe mencionar que en Alabama residen entre 50.000 y 70.000 inmigrantes indocumentados y la mayoría de ellos provienen de México.

Ante las recientes iniciativas legales de los republicanos, Ruiz incitó al electorado hispano a unirse para poder a tarvés del voto poder influir en el futuro de los latinos en EE. UU.

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