Lavrov viaja a Washington para tratar de resolver los problemas bilaterales
El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, inicia su visita oficial de dos días a Estados Unidos. Durante la madrugada del lunes el canciller ruso partió para Washington donde se reunirá con el presidente estadounidense, Barack Obama, con la secretaria del Estado, Hillary Clinton, y con los integrantes del Cuarteto para Oriente Próximo.
En la víspera de su partida, el canciller ruso señaló que el tema clave de las negociaciones será el despliegue del sistema de defensa antimisiles estadounidense en Europa, aunque también se abordarían otros asuntos bilaterales, como acuerdos sobre la adopción y sobre la suavización del régimen de visados.
El canciller ruso reconoció también que el “reinicio” de las relaciones bilaterales entre Rusia y Estados Unidos ha dado ciertos resultados positivos. “Rusia ha llegado a tener un aliado de confianza, más transparente y consecuente”.
Al mismo tiempo el diplomático señaló que en las relaciones bilaterales aún persisten algunos vestigios de la época de la Guerra Fría y que quedan temas pendientes por solucionar. Uno de estos es el despliegue del escudo antimisiles estadounidense en Europa. La OTAN ha reiterado en varias ocasiones que el proyecto no representa ninguna amenaza para Rusia, pero se ha negado a establecerlo por escrito. Lavrov recalcó que Rusia necesita una garantía jurídica de que el sistema de defensa antimisiles no afectará al potencial estratégico ruso. “Vamos a abordar este tema durante nuestra reuniones en Washington y escucharemos los argumentos de nuestros aliados estadounidenses”, señaló el ministro ruso.
Además de los asuntos estratégicos, se abordarán otras cuestiones, como un acuerdo sobre la suavización del régimen de visados entre ambos países y otro sobre la adopción de niños. La colaboración entre Rusia y EE. UU. en la esfera de las adopciones fue puesta en jaque especialmente después del escándalo desatado en abril de 2010, cuando una madre adoptiva, ciudadana estadounidense, envió a su hijo de siete años a Rusia en un avión con una carta de rechazo.