América Latina, a la caza de sus 'cerebros fugados'
Durante décadas Latinoamérica acuñó con dolor la frase ´fuga de cerebros´. Miles de científicos emigraban en busca de mejores oportunidades laborales, ya que sus países solo les podían ofrecer unos salarios bajos y una escasa inversión en proyectos de investigación. Así fue hasta hace algunos años cuando la crisis comenzó a golpear fuerte en el mundo desarrollado.
En Argentina, un plan llamado ´Raíces´ les presentó a los profesionales exitosos en el exterior una propuesta sumamente atractiva: retornar a su patria con todos los gastos pagados, así como con la garantía de un empleo estable y relativamente bien remunerado. Son muchos los que emprendieron el viaje de regreso a casa.
"Lo que hay acá de positivo es un clima de crecimiento de la ciencia y justamente la sensación inversa a cuando me fui. La cantidad de investigadores jóvenes que hay acá tratando de armar proyectos, tratando de interactuar unos con otros es terrible. Es enorme. Estamos viviendo un 'baby boom'. Estamos repletos de investigadores jóvenes que están empezando a trabajar", dice el biólogo argentino repatriado, Joaquín Piriz.
En 2002, con su título bajo el brazo, el doctor en biología Joaquín Piriz hizo las maletas y emigró a España. Él es uno de los tantos que recibió una educación totalmente gratuita desde el nivel primario hasta la universidad, una enorme inversión estatal que con su partida pasaba a ser aprovechada por las naciones ricas. Pero hoy en día el doctor Piriz es uno de los 870 ´cerebros´ que volvieron al país.
Más allá de este programa de repatriación, el objetivo del Ministerio de Ciencia, creado hace apenas cuatro años, es reactivar los lazos con los 5.000 investigadores argentinos que permanecen en el exterior para compartir su experiencia internacional.
"Muchos dicen: 'No vamos a poder traerlos a todos'. Pero lo importante es mantenernos vinculados con todos y que eso sea una red para mejorar la calidad de la Ciencia en la Argentina", comenta Águeda Menvielle, directora de Relaciones Internacionales del Ministerio de Ciencia argentino.
Los profesionales del área afirman que el principal atractivo de este plan, más que un empleo con un salario firme, es la posibilidad de trabajar en una región donde hay mucho por hacer.
"Es el hecho de poder desarrollar áreas que estaban vírgenes, que no existían en la Argentina. Ir a instituciones de países desarrollados implica ponerse en medio de un equipo que ya funciona. Acá está todo por desarrollar. Eso es atractivo. Eso sí es atractivo para muchos científicos", explica Daniel Cicero, director del Laboratorio de Resonancia Magnética Nuclear del Instituto Leloir.
La crisis económica que golpea a EE. UU. y a Europa conllevó un alto nivel de desempleo en esas latitudes. Y la esfera de la ciencia no fue la excepción. Valga tan solo un ejemplo, con el cierre del programa de transbordadores espaciales de la NASA, quedaron sin trabajo unas 9.000 personas. Y se trata de especialidades con pocas perspectivas en el sector privado.
Frente a esta situación, varios países latinoamericanos se propusieron revertir la tendencia histórica: no solo repatriar a sus profesionales sino comenzar a atraer a los del Primer Mundo.
En Brasil, gracias a un plan llamado 'Ciencia sin fronteras', que se pondrá en marcha el año próximo, los especialistas extranjeros tendrán la posibilidad de progresar en sus carreras en los laboratorios e institutos de la nación más grande de la región.
La Argentina, que obtuvo tres Premios Nobel en el ámbito científico, la mayor cosecha de América Latina, sueña ahora con volver a ubicarse en la vanguardia mundial. Para esto, el gobierno no solo salió a la caza de talentos, sino también aumentó un 50 % el presupuesto en Investigación y Desarrollo. Además, concedió beneficios impositivos a las empresas que trabajan en nuevos productos. Una apuesta fuerte por el futuro que le permitirá ganar liderazgo.