Rusia celebra la Pascua ortodoxa con procesiones alrededor de iglesias y huevos pintados
Los cristianos ortodoxos conmemoran la resurrección de Cristo este 15 de abril con motivo de la Pascua, su mayor fiesta religiosa. Todas las iglesias ortodoxas de Rusia han acogido la noche pasada la Vigilia Pascual, una ceremonia precedida de procesiones solemnes de los fieles que, portando velas encendidas e iconos, completan tres vueltas alrededor del templo en honor de la Santísma Trinidad: Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Según la tradición, el Fuego Santo de la Iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén se ha trasladado a Moscú en un vuelo especial para ser llevado a diferentes parroquias del país. El Patriarca de Moscú y de Toda Rusia, Kiril, máximo representante de la Iglesia Ortodoxa rusa, ha oficiado una misa en la catedral moscovita de Cristo Redentor.
Con la llegada de la Pascua termina la Gran Cuaresma ortodoxa, siete semanas de un estricto ayuno que prescribe la abstención en la dieta de carne, leche, pescado y huevos. Una vez finalizada la misa, los ortodoxos suelen celebran la Resurrección con una cena festiva tradicional.
Hoy en día muy poca gente, solo un 4% de los rusos, cumple con todos los requisitos del ayuno de la Gran Cuaresma, según encuestas. Otro 13% ayuna parcialmente, relajando las ‘normas’, mientras que el 73% de los fieles admite que no modifican su dieta durante este período.
Los platos típicos de la fecha son el 'kulich', un bizcocho esponjoso de harina blanca con pasas y nueces parecido a una gran magdalena y cubierto por una costra de azúcar, que simboliza la carne de Cristo, la 'pascua', que es un pastel hecho de requesón, el 'cahor' o vino eclesiástico que simboliza la sangre de Jesucristo derramada por todos los pecadores y los huevos pintados.
El huevo pintado es un símbolo antiguo de la Pascua y simboliza el comienzo de una nueva vida y el amor. La gente suele decorar con vivos colores huevos de gallina y de madera que regala a sus familiares y amigos. Con ocasión de la Pascua la gente se felicita diciendo “¡Cristo ha resucitado!", a lo que el interpelado responde: "¡En verdad ha resucitado!”, después de lo cual se besan tres veces. Otra tradición de la fecha consiste en la 'lucha' con huevos pintados. Este juego que no tiene un contexto religioso y atrae, particularmente, a los niños. Se golpean dos huevos uno contra otro y aquel cuyo huevo no se haya roto gana al de su oponente.