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La política y EE.UU. frenan la investigación sobre la cárcel de la CIA en Polonia
La investigación sobre la cárcel secreta de la CIA en Polonia no avanza porque sus resultados afectarían a los altos cargos del Gobierno polaco, según los abogados de las víctimas de torturas en esa prisión.
“No recibo ninguna información sobre nuevos documentos, tampoco me informan sobre nuevas audicencias. Es algo que me preocupa”, asegura Bartlomiej Jankowski, abogado de un ex preso palestino de la CIA en Polonia, Abu Zubayadah.
“La imagen es de una total falta de acción”, confirma Mikolaj Pietrzak, abogado de otro ex detenido, el saudita Abd al-Rahim al-Nashiri. “El caso está bajo control político” añade el defensor, citado por la agencia Reuters. “Políticamente, lo más conveniente es que el caso se prolongue”, sostiene.
"Los países aliados de EE.UU. tienen sus cárceles secretas clandestinas donde llevan a cabo sus interrogatorios con prácticas inhumanas, no respetan los derechos de los presos y esto es algo que viniendo de un país que se supone que pretende ser el ejemplo de la democracia para el mundo", dice Alex Corrons, investigador de las conspiraciones y activista fundador del movimiento 'Yo no pago'.
La investigación empezó en 2008 y está previsto que finalice en febrero del presente año, pero hay indicios de que se prolongará.
El principal problema del proceso es que el Gobierno polaco “está como en un sándwich” entre la iniciativa de abrir una investigación y la “presión del núcleo político del Estado, el servicio secreto y la Fiscalía que dicen: ‘guardémoslo en secreto’”, explica el senador
polaco Jozef Pinior.
La cárcel en cuestión se encontraba cerca de la aldea de Stare Kiejkuty, en el norte de Polonia, y operó entre diciembre de 2002 y otoño de 2003. Fue utilizada para interrogar, presuntamente con torturas, a los sospechosos de terrorismo detenidos por todo el mundo antes de trasladarlos a la base de Guantánamo.
En 2006 el entonces presidente de EE.UU., George W. Bush, reveló la existencia de centros de detención de la CIA en el extranjero. Aunque no precisó su ubicación, varios informes europeos indican que la inteligencia estadounidense podría haber mantenido a personas en cárceles secretas en Lituania (donde también se inició una investigación), Rumanía, Afganistán y Tailandia.
“La imagen es de una total falta de acción”, confirma Mikolaj Pietrzak, abogado de otro ex detenido, el saudita Abd al-Rahim al-Nashiri. “El caso está bajo control político” añade el defensor, citado por la agencia Reuters. “Políticamente, lo más conveniente es que el caso se prolongue”, sostiene.
"Los países aliados de EE.UU. tienen sus cárceles secretas clandestinas donde llevan a cabo sus interrogatorios con prácticas inhumanas, no respetan los derechos de los presos y esto es algo que viniendo de un país que se supone que pretende ser el ejemplo de la democracia para el mundo", dice Alex Corrons, investigador de las conspiraciones y activista fundador del movimiento 'Yo no pago'.
La investigación empezó en 2008 y está previsto que finalice en febrero del presente año, pero hay indicios de que se prolongará.
El principal problema del proceso es que el Gobierno polaco “está como en un sándwich” entre la iniciativa de abrir una investigación y la “presión del núcleo político del Estado, el servicio secreto y la Fiscalía que dicen: ‘guardémoslo en secreto’”, explica el senador
polaco Jozef Pinior.
Sin embargo, desde el gabinete del primer ministro, Donald Tusk, se asegura que la investigación está libre de cualquier influencia externa. Los representantes oficiales del Gobierno culpan a la parte estadounidense, que supuestamente tarda mucho en responder a las solicitudes.
Políticamente, lo más conveniente es que el caso se prolongue"
La cárcel en cuestión se encontraba cerca de la aldea de Stare Kiejkuty, en el norte de Polonia, y operó entre diciembre de 2002 y otoño de 2003. Fue utilizada para interrogar, presuntamente con torturas, a los sospechosos de terrorismo detenidos por todo el mundo antes de trasladarlos a la base de Guantánamo.
En 2006 el entonces presidente de EE.UU., George W. Bush, reveló la existencia de centros de detención de la CIA en el extranjero. Aunque no precisó su ubicación, varios informes europeos indican que la inteligencia estadounidense podría haber mantenido a personas en cárceles secretas en Lituania (donde también se inició una investigación), Rumanía, Afganistán y Tailandia.
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