Radiografías musicales: Con el ritmo en los huesos (parte 2)
Parte 1
Ruslán llevó los planos y las descripciones detalladas de Stanislav a un artesano para que le hiciera una máquina parecida a la original. Lo lograron y casi al final de 1947 ya estaban copiando y haciendo negocio con las 'costillas', que era como se conocía a estas grabaciones clandestinas.
Incluso poco después de haber 'sacado del horno' sus primeros discos, el estudiante los llevó para presumir ante Stanislav que ya no tenía el monopolio de las 'costillas'.
La calidad de los discos de Ruslán era incluso superior a la de Stanislav, y la gente empezó a notarlo pero, ¿cómo reconocer qué discos eran de Ruslán y qué discos eran de Stanislav? La gente quería que cada centavo que pagaba valiera cada nota escuchada. Y por eso exigían calidad.
Stanislav entendió eso, pero ya era tarde. La guerra comercial ya había empezado y él había perdido. Se rindió. Vendió sus equipos a Ruslán y se retiró del negocio.
Al cabo de unos meses, en 1948, Ruslán conoció a Evgueny Sankov, músico profesional y que además era un talentoso fotógrafo, habilidad que le sirvió para idear una forma de diseñar las portadas de los discos por medio de la fotografía. Se unió al estudio y pensaron que este debería tener un nombre.
De esta manera crearon su 'sello discográfico', el Perro de Oro, y empezaron a diseñar una suerte de portada que iba pegada en un lado del disco, en la que tenía la información del mismo y que tenía impreso con un sello de goma el dibujo de un perrito.
Pensaron que sería buena idea tener algo con que identificarse, ya que en San Petersburgo estaban creciendo como hongos los estudios clandestinos de grabación, pero ninguno podía llegar a la calidad del Perro de Oro. Y antes de tener el diseño o el perrito, los discos prácticamente no se podían distinguir sin un gramófono al lado.
Al final del video se puede apreciar lo delgado de la placa radiográfica
Siguieron produciendo discos hasta que cayeron presos el año 1950, acusándoles de alterar el orden público. Ambos fueron condenados a 3 años de cárcel. Pero eso no detuvo a los entusiastas y colaboradores del Perro de Oro, que continuaron haciendo sus discos por mucho tiempo más.
Ya el camino estaba trazado y muchos lo estaban siguiendo, corriendo el riesgo de ser arrestados. Pero la pasión que la música despertaba podía más. Las ansias de salir de la rutina y llevar un poco de libertad a través del sonido eran la droga más intoxicante. El peligro de ser arrestado lo hacía también muy atractivo. El tan solo comprar, caminar mimetizado por las calles oscuras y hacer el intercambio con el vendedor debe de haber acelerado los latidos del corazón.
Las 'costillas' marcaron época, fueron un símbolo de libertad en un tiempo donde la cultura estaba estrictamente reglamentada. Una muestra del espirítu rebelde del joven, presente en cada cultura del mundo.
En la próxima entrega: Las 'postales músicales', otro tipo de vinilos que sirvieron para difundir la cultura del rock and roll en la Unión Soviética.
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Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de RT.
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