El equipo estudió una gran selección de galaxias con centros muy luminosos -conocidos como 'núcleos galácticos activos' (AGN)- que se piensa son el resultado de grandes cantidades de materia calentada dando vueltas alrededor de un agujero negro supermasivo que la consume, señala un estudio publicado en la revista 'Nature'.
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La mayoría de las galaxias albergarían agujeros negros supermasivos, y algunos de estos están rodeados por un disco de materia, que se extiende miles de años luz en el espacio, que brilla con más intensidad que la propia galaxia, formando lo que se conoce como 'chorros relativistas'.
Según las especulaciones de los autores de la investigación, la colisión de una galaxia con otra produce un agujero negro supermasivo con chorros de alta velocidad de plasma cuando el agujero central está girando más rápido -posiblemente como resultado del encuentro con otro agujero negro de una masa similar- ya que el exceso de energía extraída de la rotación del agujero negro alimentaría los chorros.
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