Después de que el Instituto de Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre descartara la posibilidad de que las anomalías de luz registradas en el sistema estelar fuesen producto de señales de radio que confirmaran la existencia de vida extraterrestre, científicos de la universidad Estatal de Iowa (EE.UU.), encabezados por Massimo Marengo, llegaron a una conclusión diferente tras encontrar más pruebas que podrían aclarar el acontecimiento intergaláctico, publicó el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA.
Las fluctuaciones de luz provenientes del sistema estelar KIC 8462852, que inicialmente fueron analizadas a partir de los datos obtenidos por el telescopio Kepler, se estudiaron nuevamente a partir de las observaciones del telescopio infrarrojo Spitzer. Los resultados apuntan a que la luz provendría de una "familia de cometas", afirmó el grupo investigativo encabezado por Massimo Marengo.
En esta ocasión el fenómeno fue estudiado con luz infrarroja. Si los cambios de luminosidad de la estrella son consecuencia de un impacto planetario o una colisión de asteroides, entonces debe haber exceso de luz infrarroja a su alrededor proveniente de pequeños fragmentos de roca, que a la temperatura adecuada brillan y pueden ser detectados por el telescopio.
Aunque aún se requieren estudios más detallados para confirmar que el aumento y la disminución de la luminosidad de KIC 8462852 se deben a la presencia un grupo de cometas, el profesor Marengo es muy optimista al respecto: "Es una estrella muy extraña (…). Puede que aún no sepamos qué pasa a su alrededor, pero eso es lo que la hace tan interesante".