¿Qué pasa con el clima?
Tornados, inundaciones, incendios y sequías han azotado este año América del Norte, y ahora llegó un nuevo fenómeno, un calor inesperadamente intenso. Se espera que el verano traiga temperaturas inusualmente elevadas a todo el hemisferio norte. Sin embargo, los científicos todavía se abstienen de hacer pronósticos apocalípticos.
El calor más intenso azotó las partes central y oriental de Estados Unidos, llevando temperaturas récord, o cercanas a las máximas registradas, así como humedad empalagante. Las autoridades se vieron obligadas a tomar medidas sin precedentes como, por ejemplo, abrir las piscinas públicas antes del inicio de la temporada, cerrar más temprano las escuelas y abrir centros climatizados para la gente que no dispone de aire acondicionado.
Según informó un especialista de la Oficina de Meteorología de EE. UU. (National Weather Service), estas condiciones meteorológicas se corresponden con las habituales de agosto, y el calor que viene desde la parte central y se mueve hacia el norte del país genera temperaturas que superan en 15 o 20 grados las normales para el período del junio. Por ejemplo, en el estado de Indiana los inicios de este junio han sido los más calurosos desde 1942, informaron los meteorólogos.
La calurosa bienvenida del futuro
“Calor extremo es la nueva norma”, aseguran los científicos. Según un nuevo estudio del grupo de investigadores dirigido por Noah Diffenbaugh, algunas grandes zonas del planeta probablemente van a calentarse tan rápido que para mediados de este siglo incluso el verano más frío será más caluroso que los veranos más cálidos de la actualidad.
Los expertos explican que, durante las próximas décadas, los gases de efecto invernadero seguirán aumentando (el estudio se basa en predicciones relativamente moderadas de las futuras emisiones), y en todo el mundo las temperaturas del verano se elevarán. Inicialmente, pasados tan solo 20 años, este cambio se notará más en las zonas tropicales de África, Asia y el continente americano. Las latitudes medianas, incluidas Europa y los territorios de China y de EE. UU., sufrirán con el drástico calor dentro de 60 años.
Sin embargo, los investigadores opinan que estos extremos de temperaturas del verano ya han llegado. Al analizar también los registros históricos de todo el mundo, los meteorólogos hicieron modelos climáticos que muestran que, en las zonas tropicales, ya en el período comprendido entre 2010 y 2039 el 70% de las temporadas veraniegas mostrarán temperaturas que superen los máximos del siglo XX.
Fenómenos climáticos bien conocidos
Al tratar de explicar los cambios del tiempo en este año, los científicos estadounidenses indican al fenómeno de La Niña como el factor principal de las recientes catástrofes naturales en América del Norte. Partiendo de las diferencias de presión del aire este año, particularmente en febrero, La Niña es la más intensa de toda la historia de sus mediciones (que se remonta a los años 50).
Un invierno nevoso, inundaciones, recientes sequías e incendios, y los mortíferos tornados, todo es atribuido a los efectos de La Niña según Bill Patzert, científico investigador del Laboratorio de Propulsión (Jet Propulsion Laboratory, JPL) de la NASA en California. Otros factores meteorológicos tales como la llegada de grandes masas de aire polar también contribuyen al extraño tiempo que sufren los habitantes de América del Norte. Sin embargo, el científico comenta que sería “irresponsable” atribuir el tiempo inusual a la subida de las temperaturas, sea de origen natural o causada por la actividad humana. “Nadie lo sabe", concluye.
¿Vuelve el calor anómalo a Rusia?
A finales de mayo, el jefe del Servicio Meteorológico de la Federación Rusa, Román Vilfand, declaró que aunque junio y julio serán cálidos y secos en la parte europea de Rusia, no se repetirán el calor anómalo del año pasado (acompañado de sequías e incendios). Sin embargo, el experto indicó que, a inicios de junio, en la parte europea del país las temperaturas serán 4 a 6 grados sobre las normales, mientras que en la parte asiática 12 a 16 grados más que las habituales.
Y los inicios de junio, que tradicionalmente en Rusia se considera el primer mes de verano, con un tiempo templado y bastante agradable, realmente trajeron el calor para prácticamente todas las regiones del país, excluidas pocas zonas en el norte de Siberia y el Oriente Extremo. En San Petersburgo, en el primer día del mes se registraron 28,8 grados centígrados, máxima en los últimos 130 años.
Y debido a las condiciones climáticas que se establecieron en la parte asiática de Rusia, grandes territorios en Siberia ya sufren de incendios. En cuanto a la parte europea, los ecólogos advierten de que la población seguramente va a sufrir del humo de los incendios en las turberas que van a ser aún peores que en 2010. El jefe del programa forestal de Greenpeace Rusia, Alexéi Yaroshenko, indicó que las turberas de varias provincias de Rusia Central ya arden desde hace un mes y actualmente hay más de 60 focos en la zona. Es muy difícil apagar los incendios de este tipo, con la turba ardiendo débilmente bajo la superficie de la tierra. Los especialistas no ven un remedio efectivo en bombear agua en la turbera, trabajo muy duro y que no produce mucho efecto.
No hay quien sepa
Según explica el director del Observatorio Geofísico Principal del Servicio Federal de Hidrometeorología y Supervisión Medioambiental de Rusia (Rosguidromet), Vladímir Katsov, la ciencia meteorológica contemporánea permite hacer pronósticos para tan solo dos semanas. Además, el calor anómalo es siempre algo improbable, entonces, no se puede predecir científicamente sin comprobar la probabilidad del fenómeno.
El climatólogo indica que en sí mismo el calor anómalo no es una señal de calentamiento global. Sin embargo, se puede considerar este calor como una ilustración de qué puede pasarle a nuestro planeta si el clima sigue cambiando de la manera actual. Asimismo, dentro de varias décadas la probabilidad de veranos ardientes crecerá significativamente.