Ciencias
Los molinos alejan el fantasma de Fukushima: Japón apuesta por la eólica
Las autoridades japonesas han apostado por una solución radical que permita compensar el déficit energético causado por el accidente de la central nuclear de Fukushima: se han comprometido a construir el mayor parque eólico en alta mar en el mundo.
El parque se ubicará a unos 16 kilómetros de la costa de la prefectura de Fukushima e incluirá un total de 143 turbinas eólicas instaladas sobre plataformas flotantes de acero. Las plataformas serán estabilizadas con un contrapeso y ancladas al fondo marítimo por medio de cables de amarre.
Las labores de construcción empezarán en julio de este año. En una primera etapa, los ingenieros japoneses construirán e instalarán una turbina de 2 megavatios y, una vez sean comprobados todos los detalles de su funcionamiento, proseguirán con el resto.
Está previsto que la construcción del parque termine en 2020 y que en 2040 el complejo empiece a funcionar plenamente. A partir de ese momento, la central eólica suministrará electricidad a la red energética a la que antes de la catástrofe de marzo de 2011 estuvieron conectadas las dos centrales nucleares de Fukushima, la siniestrada Fukushima I y Fukushima II.
Los diseñadore, que han llevado a cabo una serie de experimentos, entre ellos la simulación por ordenador y pruebas en tanques de agua, sostienen que el complejo resistiría tanto un maremoto, un tsunami o un tifón.
Entre las ventajas de su proyecto, los ingenieros japoneses destacan el impacto positivo que el parque tendría sobre el sector pesquero. El sector quedó gravemente damnificado por el desastre nuclear, cuando las aguas radioactivas de Fukushima I contaminaron la zona. Los especialistas insisten en que podrán convertir el parque eólico en un "pasto marino" que atraerá al pescado.
Las labores de construcción empezarán en julio de este año. En una primera etapa, los ingenieros japoneses construirán e instalarán una turbina de 2 megavatios y, una vez sean comprobados todos los detalles de su funcionamiento, proseguirán con el resto.
Está previsto que la construcción del parque termine en 2020 y que en 2040 el complejo empiece a funcionar plenamente. A partir de ese momento, la central eólica suministrará electricidad a la red energética a la que antes de la catástrofe de marzo de 2011 estuvieron conectadas las dos centrales nucleares de Fukushima, la siniestrada Fukushima I y Fukushima II.
Los diseñadore, que han llevado a cabo una serie de experimentos, entre ellos la simulación por ordenador y pruebas en tanques de agua, sostienen que el complejo resistiría tanto un maremoto, un tsunami o un tifón.
Entre las ventajas de su proyecto, los ingenieros japoneses destacan el impacto positivo que el parque tendría sobre el sector pesquero. El sector quedó gravemente damnificado por el desastre nuclear, cuando las aguas radioactivas de Fukushima I contaminaron la zona. Los especialistas insisten en que podrán convertir el parque eólico en un "pasto marino" que atraerá al pescado.
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