Ciencias
Transbordador suborbital de pasajeros: ¿realidad o ficción?
Una aeronave hipersónica capaz de alcanzar 24 veces la velocidad del sonido llevará a unos 50 pasajeros desde Europa hasta Australia en 90 minutos.
El proyecto es desarrollado por el Centro Alemán Aeroespacial y según su coordinador, Martin Sippel, estará implementado antes de 2050. Para ello, es necesario acelerar la aeronave hasta una velocidad de 24 Mach, o 25.200 kilómetros por hora, y en altitudes de hasta 2.000 metros.
El proyecto llamado 'SpaceLiner' estipula un cohete acelerador de una etapa para lanzamiento y otra etapa para colocar la aeronave en órbita, para llevar pasajeros al otro lado del mundo. Todo esto, claro, si los pasajeros están dispuestos a pagar precios equivalentes al turismo espacial, en torno a varios cientos de miles de dólares.
“Es como una especie de trasbordador espacial de segunda generación, pero con una misión completamente distinta”, explica Sippel.
Se prevé que el 'SpaceLiner' despegue verticalmente por medio de motores de cohetes de un circuito cerrado que utilizan hidrógeno líquido y oxígeno. El peso de despegue será de 1.250 toneladas y su alcance máximo de vuelo de 16.500 kilómetros.
Los diseñadores no ocultan que se trata de un proyecto comercial y en el centro aeroespacial alemán están dispuestos a encontrar socios para su desarrollo.
¿Qué pasa con los conocidos problemas de mantenimiento de los cohetes? Por desgracia, los diseñadores son reticentes a la hora de revelar detalles. En su forma actual, sin duda, el proyecto plantea diversos interrogantes. A tales velocidades, despegar y aterrizar sobre áreas pobladas está excluido: no le permitirán romper la barrera del sonido. Además no se sabe dónde podría caer la primera etapa del cohete. Es decir, se deberán construir aeropuertos para estos aparatos en un desierto.
¿Pero dónde se podrá encontrar un desierto en Europa? ¿Cuánto se tarda desde un aeropuerto espacial alejado hasta el paradero definitivo de los pasajeros? ¿Es más fácil reactivar el proyecto Concord?
Pero el futuro éxito dependerá, en última instancia, del resultado de los esfuerzos de turismo espacial emprendidos por empresas como Virgin Galactic. Si estas 'agencias de viajes' encuentran suficientes clientes dispuestos a pagar mucho dinero para vuelos suborbitales, como parte de sus viajes alrededor del mundo, Sippel prevé una flota de naves para realizar de 10 a 15 vuelos al día.
El proyecto llamado 'SpaceLiner' estipula un cohete acelerador de una etapa para lanzamiento y otra etapa para colocar la aeronave en órbita, para llevar pasajeros al otro lado del mundo. Todo esto, claro, si los pasajeros están dispuestos a pagar precios equivalentes al turismo espacial, en torno a varios cientos de miles de dólares.
“Es como una especie de trasbordador espacial de segunda generación, pero con una misión completamente distinta”, explica Sippel.
Se prevé que el 'SpaceLiner' despegue verticalmente por medio de motores de cohetes de un circuito cerrado que utilizan hidrógeno líquido y oxígeno. El peso de despegue será de 1.250 toneladas y su alcance máximo de vuelo de 16.500 kilómetros.
Los diseñadores no ocultan que se trata de un proyecto comercial y en el centro aeroespacial alemán están dispuestos a encontrar socios para su desarrollo.
Retos del proyecto
¿Qué pasa con los conocidos problemas de mantenimiento de los cohetes? Por desgracia, los diseñadores son reticentes a la hora de revelar detalles. En su forma actual, sin duda, el proyecto plantea diversos interrogantes. A tales velocidades, despegar y aterrizar sobre áreas pobladas está excluido: no le permitirán romper la barrera del sonido. Además no se sabe dónde podría caer la primera etapa del cohete. Es decir, se deberán construir aeropuertos para estos aparatos en un desierto.
¿Pero dónde se podrá encontrar un desierto en Europa? ¿Cuánto se tarda desde un aeropuerto espacial alejado hasta el paradero definitivo de los pasajeros? ¿Es más fácil reactivar el proyecto Concord?
Pero el futuro éxito dependerá, en última instancia, del resultado de los esfuerzos de turismo espacial emprendidos por empresas como Virgin Galactic. Si estas 'agencias de viajes' encuentran suficientes clientes dispuestos a pagar mucho dinero para vuelos suborbitales, como parte de sus viajes alrededor del mundo, Sippel prevé una flota de naves para realizar de 10 a 15 vuelos al día.
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