Ciencias
Un fármaco contra la malaria podría tener graves efectos secundarios
La mefloquina, un medicamento que antes se prescribía ampliamente en el Ejército estadounidense para prevenir la malaria, podría causar efectos adversos similares a los traumas craneocerebrales y los trastornos por estrés postraumático.
Las autoridades militares denuncian que los efectos adversos se registran muy rara vez, mientras que Remington Nevin, un ex médico del Ejército e investigador de la Universidad Johns Hopkins en Maryland, afirma que la estadística muestra que tales reacciones se producen con frecuencia.
Según los últimos datos de las investigaciones, la mefloquina puede dañar el tallo cerebral y provocar una activación irregular de las neuronas, dijo Nevin en la reunión anual de la Asociación Americana de Psiquiatría que se celebró esta semana.
Durante décadas los soldados desplegados en las regiones donde la malaria es común, como Irak o Afganistán, tomaban el fármaco para prevenir el contagio hasta que en 2009 fue tomada la decisión de eliminar la medicina de la lista de las drogas contra la malaria debido a la creciente preocupación sobre sus posibles efectos adversos, tales como ansiedad, tendencias suicidas, paranoia, alucinaciones, mal sueño y agresividad. Además, las investigaciones indicaron que la droga podría dañar la amígdala y el hipocampo, partes del cerebro que controlan la respuesta al estrés.
Estos síntomas pueden ser confundidos con los del trastorno por estrés postraumático o los de los traumas cerebrales, dijo Nevin al diario 'LiveScience', explicando que, en resultado, muchos diagnósticos fueron erróneos. Nevin considera necesario hacer más escáneres de cerebro, experimentos en animales, así como realizar estudios más sistematizados de los personas afectadas.
Según los últimos datos de las investigaciones, la mefloquina puede dañar el tallo cerebral y provocar una activación irregular de las neuronas, dijo Nevin en la reunión anual de la Asociación Americana de Psiquiatría que se celebró esta semana.
Durante décadas los soldados desplegados en las regiones donde la malaria es común, como Irak o Afganistán, tomaban el fármaco para prevenir el contagio hasta que en 2009 fue tomada la decisión de eliminar la medicina de la lista de las drogas contra la malaria debido a la creciente preocupación sobre sus posibles efectos adversos, tales como ansiedad, tendencias suicidas, paranoia, alucinaciones, mal sueño y agresividad. Además, las investigaciones indicaron que la droga podría dañar la amígdala y el hipocampo, partes del cerebro que controlan la respuesta al estrés.
Estos síntomas pueden ser confundidos con los del trastorno por estrés postraumático o los de los traumas cerebrales, dijo Nevin al diario 'LiveScience', explicando que, en resultado, muchos diagnósticos fueron erróneos. Nevin considera necesario hacer más escáneres de cerebro, experimentos en animales, así como realizar estudios más sistematizados de los personas afectadas.
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