Cultura
Saqueo por encargo: El Estado Islámico vende tesoros arqueológicos a coleccionistas
Piezas artísticas y arqueológicas o monumentos son también víctimas del Estado Islámico, que a través de traficantes de arte venden lo saqueado a coleccionistas privados.
El saqueo y la destrucción masiva de los elementos del patrimonio cultural e histórico nacional de Siria persiste desde los primeros días de la guerra. En los últimos años varias ciudades sirias que albergaban tesoros culturales han sido destruidas. Los saqueos se han agudizado con la llegada de los yijadistas del Estado Islámico (EI).
Según el portal de 'El Confidencial', tras llegar los insurgentes introdujeron sus reglas en esta esfera: los que se hacían con las piezas históricas tenían que pagar un impuesto por valor del 20% de los beneficios. Pero pronto los militantes decidieron dedicarse al pillaje artístico personalmente y monopolizaron el proceso de saqueo para hacerse con todos los beneficios.
El negocio resultó ser muy lucrativo. Entonces, los miembros del EI pasaron a otro nivel de negocio y a través de traficantes de arte o intermediarios empezaron a vender piezas de gran valor como vasijas, esculturas, monedas, mosaicos o bisutería a los coleccionistas privados. Las piezas salen de Siria por varias vías: a través de la frontera del Líbano, de Jordania o, mayoritariamente, a través de Turquía.
Como asegura el arqueólogo Michael Danti, "la mayoría de lo saqueado hoy en día en Siria se hace por encargo". "El intermediario tiene una red de compradores internacionales, que le piden, por ejemplo, un mosaico bizantino (una de las piezas más deseadas que se vende por varios miles de dólares)". Estos objetos del patrimonio sirio son adquiridos por coleccionistas privados millonarios de Europa, de EE.UU. o de países del Golfo.
Según el portal de 'El Confidencial', tras llegar los insurgentes introdujeron sus reglas en esta esfera: los que se hacían con las piezas históricas tenían que pagar un impuesto por valor del 20% de los beneficios. Pero pronto los militantes decidieron dedicarse al pillaje artístico personalmente y monopolizaron el proceso de saqueo para hacerse con todos los beneficios.
El negocio resultó ser muy lucrativo. Entonces, los miembros del EI pasaron a otro nivel de negocio y a través de traficantes de arte o intermediarios empezaron a vender piezas de gran valor como vasijas, esculturas, monedas, mosaicos o bisutería a los coleccionistas privados. Las piezas salen de Siria por varias vías: a través de la frontera del Líbano, de Jordania o, mayoritariamente, a través de Turquía.
Como asegura el arqueólogo Michael Danti, "la mayoría de lo saqueado hoy en día en Siria se hace por encargo". "El intermediario tiene una red de compradores internacionales, que le piden, por ejemplo, un mosaico bizantino (una de las piezas más deseadas que se vende por varios miles de dólares)". Estos objetos del patrimonio sirio son adquiridos por coleccionistas privados millonarios de Europa, de EE.UU. o de países del Golfo.
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