Tras la salida de la OTAN, los arqueólogos británicos 'ocupan' Libia
Un grupo de arqueólogos británicos ha declarado que vuelve a Libia para seguir con sus investigaciones de la llamada 'Atlántida africana'. Se trata de uno de los mayores enigmas del Patrimonio Cultural de la Humanidad, la civilización perdida de los garamantes.
Los arqueólogos, presididos por el profesor David Mattingly de la Universidad de Leicester, consideran que tras acabar la operación de la OTAN en Libia ha llegado el momento oportuno. A pesar del estado lamentable en el que se encuentra el país, esperan encontrar intactas las excavaciones que abandonaron en febrero de este año, cuando al país llegó la oleada de revueltas del Medio Oriente. Comentan que comunicaron a las tropas aéreas de la OTAN las coordenadas de los sitios arqueológicos claves para que evitaran bombardearlos.
La misión arqueológica en los remotos oasis saharianos del suroeste de Libia empezó en 1997. Su última fase, el proyecto ‘Migraciones del Desierto’, que se desarrolla a partir de 2007, es financiada por el Consejo Europeo de Investigación (ERC). Su presupuesto es de 3,4 millones de dólares estadounidenses.
Gaddafi estaba en contra
Según los científicos, durante estos años se han hecho numerosos hallazgos de importancia histórica, que han sido reportados no solo ante la comunidad internacional científica, sino también ante las autoridades del país. "Sabemos que todo el material que hemos proporcionado a los libios acabó en la mesa de Gaddafi. Jamás dijo nada. No estaba interesado. En el programa nacional educativo hasta ahora no hay ninguna mención a los garamantes", detalla Mattingly.
Los arqueólogos no atribuyen este desinterés a ninguna causa política concreta. Sin embargo, comentan que podría estar vinculado con el hecho de que la civilización fue preislámica y, además, de piel negra. Acentúan que, en cambio, los objetos del patrimonio romano, greco-egipcio e islámico se promovían tenazmente. Mattingly tiene esperanzas de que el nuevo Gobierno libio cambie sus prioridades y devuelva a la historia del país la cultura garamante.
Los hallazgos
En una área de 400 kilómetros cuadrados alrededor de los oasis Wadi al-Ajal, Wadi ash-Shati y Zuwila-Murzuq-Burjuj, los arqueólogos encontraron la presencia de más de 120.000 tumbas visibles, cuyas formas varian entre pirámides de ladrillos de barro, montones de piedra o entierros en grietas.
En su última investigación usaron fotos satelitales que muestran que se trata de una civilización de gran influencia y envergadura. En los territorios despoblados del desierto fue encontrado un gran número de ciudades y pueblos no conocidos anteriormente. Han identificado más de 100 villas fortificadas, algunas con verdaderos castillos, que en su mayoría se fechan en los primeros cinco siglos de nuestra era. Los expertos dan por sentado que fue una civilización sedentaria con lenguaje escrito, agricultura sofisticada y tecnologías avanzadas.
Los garamantes en la historia
Los garamantes fueron los primeros en la historia de la humanidad que construyeron una complicada sociedad urbana en medio del desierto sin tener fuentes de agua a su alcance. Para sobrevivir, crearon una amplia red de túneles para extraer las aguas subterráneas. Es muy probable, además, que los romanos copiaran sus técnicas constructivas: una gran parte de sus fortalezas en África del Norte tienen las mismas formas que los castillos garamantes.
Se cree que los garamantes fueron uno de los Pueblos del Mar, es decir, uno de los pueblos mediterráneos de la Edad del Bronce que ‘interrumpieron’ en el África del Norte entre los siglos XV al XII a.C. y atacaron, en primer lugar a Egipto. De los egipcios los garamantes tomaron prestado, entre otras cosas, la tradición de la momificación y la forma piramidal de las tumbas.
Su primer estado surgió a finales del 2000 a.C. La civilización alcanzó su auge en el territorio libio, entre los siglos V a. C. y VII d. C. Su capital, Garama (la moderna Jarma), contaba con unos 10.000 habitantes.
En los años 500 a. C., Heródoto de Halicarnaso (484 a. C.—425 a. C.) en 'Las Historias', la primera obra histórica europea que se conservó completa hasta nuestros días, los describe como "una gran nación" que cría ganado, cultiva dátiles y caza "trogloditas etíopes" con carros de cuatro ruedas.
Los historiadores opinan que el declive de la civilización se debe a la invasión árabe en el 700 d. C. y al traslado de las rutas transaharianas hacia el oeste, sumado al empeoramiento de las condiciones climáticas y al descenso de aguas subterráneas.