Según el sitio web de Poroshenko, tras firmar la ley de moratoria el Gobierno ucraniano se reserva el derecho a suspender, si es necesario, el pago a los tenedores de deuda internacional. Esta medida es considerada por Rusia como un indicador de la situación de 'default' a enfrentar por el Estado ucraniano. Entre otros aspectos, el documento se refiere a la congelación de desembolsos por las obligaciones sobre deuda exterior expedidas en 2005 y con fecha de vencimiento en 2015.
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La semana pasada, el ministro de Finanzas ruso, Anton Siluanov, afirmó que Rusia se dirigirá "sin falta" al tribunal internacional en caso de que el Gobierno ucraniano suspenda los pagos de la deuda de Rusia y no pague los bonos en junio. Entonces el ministro explicó que de momento Moscú no tiene motivo para presentar una reclamación oficial, pero que si el Gobierno ucraniano no devuelve a Rusia antes del 20 de junio los siguientes 75 millones de dólares se verá obligado a apelar ante la corte.
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La aprobación de la citada moratoria por parte del presidente Poroshenko refleja la falta de profesionalidad y responsabilidad existente en Ucrania, pese a encontrarse prácticamente bajo control del exterior, opinó el mandatario ruso, Vladímir Putin. En este contexto, Putin dejó claro que Rusia no ha exigido a Ucrania devolver de manera anticipada los 3.000 millones de dólares prestados, por solicitud de Kiev y del FMI, pero que Moscú quiere conocer las intenciones de Ucrania.