El 'grexit' está ahora más cerca que nunca de convertirse en una realidad, pero esta posibilidad tendría sus aspectos positivos, sostiene Krugman en su columna para 'The New York Times'. El premio nobel da dos motivos principales.
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"La perspectiva de la salida del euro asusta a todo el mundo, pero la Troika sigue pidiendo prolongar indefinidamente su política de los últimos cinco años. ¿Dónde está la esperanza en ello?", argumenta. Según el economista, es posible que el deseo de abandonar la zona euro inspire "un replanteamiento". En cualquier caso, la devaluación no crearía mucho más caos del que ya hay ahora y "allanaría el camino para una eventual recuperación, tal ha sucedido en muchas otras ocasiones y lugares", explica Krugman.
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El segunda motivo que da el economista es de carácter político. "Las implicaciones políticas de votar a favor del sí en el referéndum serían muy perturbadoras. La Troika […] hizo a Tsipras, supuestamente de manera consciente, una propuesta inaceptable. Así que en realidad el ultimátum fue, en efecto, un movimiento para reemplazar el Gobierno griego", concluye el premio nobel.
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