Economía
Los tres problemas imposibles de resolver para el nuevo presidente de Ucrania
La crisis que vive actualmente Ucrania resultará en la caída de su PIB en un 5% este año, pronostica la agencia de calificación Fitch. Los problemas a los que se enfrenta ahora el presidente electo, Piotr Poroshenko, no parecen fáciles de resolver.
El 1 de junio el precio de la electricidad para los ucranianos subió entre un 20% y un 60% en función de los volúmenes de consumo. La tarifa mínima por el gas aumentó un 51,1% hace un mes, el 1 de mayo. La producción y el consumo caen y seguirán cayendo, igual que la cotización de la divisa nacional, la grivna, mientras que la inflación se acelerará, advierten los expertos de Fitch.
Para un país donde el salario medio de un médico en un hospital público es de 155 dólares al mes (310- 440 dólares si combinan la práctica de la profesión con la docencia en una universidad, según la cifra del Comité Estatal de Estadísticas) y el sueldo mensual de los maestros de escuela es de unos 200 dólares, los recortes sociales pueden resultar en una carga insoportable. Precisamente esta fue la razón por la cual el presidente depuesto Víktor Yanukóvich aplazó la firma del Acuerdo de la Asociación con la Unión Europea, en un intento de retrasar la crisis.
La austeridad programada se suma a la guerra civil en las regiones del sudeste de Ucrania, donde se centra la mayor parte de la industria del país. Los volúmenes de producción y de comercio caen, mientras el déficit presupuestario crece debido a la respectiva caída de ingresos por impuestos. En una situación tan inestable, se reducen drásticamente también las inversiones extranjeras. Además, este mismo año Ucrania deberá devolver a los donantes financieros 13.000 millones de dólares.
Uno de los desafíos más duros que le esperan ahora al presidente electo de Ucrania, Piotr Poroshenko no es solo el de encontrar dinero para reestructurar el sector financiero, sino justificar ante sus electores la necesidad de introducir inmediatamente medidas de austeridad. Si la población del país no empieza a notar que su nivel de vida mejora, la inestabilidad política en Ucrania volverá a intensificarse, advierten analistas del portal ruso de noticias Vestifinance.
Capítulo aparte merece el gas. Según el gigante estatal ruso Gazprom, la deuda ucraniana por el primer trimestre de 2014 asciende a 2.237 millones de dólares, y la compañía quiere que Kiev pague esta suma en su totalidad, junto con los montos que le debe por abril y mayo (unos 5.200 millones de dólares). Como fecha límite del pago pone el próximo 9 de junio y adelanta que a partir de entonces Kiev tendrá que pagar el gas de antemano. Si no, promete cortarle los suministros.
Kiev, a su vez, ha pagado nada más que 786,36 millones de dólares, asegurando que solo esta suma puede considerarse indiscutible. Las autoridades ucranianas quieren conseguir una meta casi imposible: no solo mantener el esquema anterior, que seguía un sistema de pospagos, sino también pagar 268 dólares por 1.000 metros cúbicos de gas, la mitad del precio designado por Gazprom —485,5 dólares—, y recalcular las entregas ya realizadas según este precio rebajado.
Austeridad
SegúnFitch, existe un alto riesgo de que Kiev no pueda cumplir con el programa del Fondo Monetario Internacional. El paquete de reformas acordado a finales de abril prevé las medidas típicas que en su momento se aplicaron en la zona euro: subir los precios de la energía para el consumidor, combatir la corrupción y recortar los gastos y subsidios sociales. Esto, a cambio de un rescate de 17.000 millones de dólares a Ucrania por parte del FMI.Para un país donde el salario medio de un médico en un hospital público es de 155 dólares al mes (310- 440 dólares si combinan la práctica de la profesión con la docencia en una universidad, según la cifra del Comité Estatal de Estadísticas) y el sueldo mensual de los maestros de escuela es de unos 200 dólares, los recortes sociales pueden resultar en una carga insoportable. Precisamente esta fue la razón por la cual el presidente depuesto Víktor Yanukóvich aplazó la firma del Acuerdo de la Asociación con la Unión Europea, en un intento de retrasar la crisis.
La austeridad programada se suma a la guerra civil en las regiones del sudeste de Ucrania, donde se centra la mayor parte de la industria del país. Los volúmenes de producción y de comercio caen, mientras el déficit presupuestario crece debido a la respectiva caída de ingresos por impuestos. En una situación tan inestable, se reducen drásticamente también las inversiones extranjeras. Además, este mismo año Ucrania deberá devolver a los donantes financieros 13.000 millones de dólares.
Uno de los desafíos más duros que le esperan ahora al presidente electo de Ucrania, Piotr Poroshenko no es solo el de encontrar dinero para reestructurar el sector financiero, sino justificar ante sus electores la necesidad de introducir inmediatamente medidas de austeridad. Si la población del país no empieza a notar que su nivel de vida mejora, la inestabilidad política en Ucrania volverá a intensificarse, advierten analistas del portal ruso de noticias Vestifinance.
Comercio con Rusia
Desde hace décadas, Rusia y Ucrania mantienen vínculos comerciales activos.En 2012, el comercio mutuo equivalió a 45.050 millones de dólares. Rusia es el mayor socio de Ucrania: las compraventas con Moscú suponen un 29,4% del volumen comercial total de Kiev. Algunos sectores están orientados completamente al mercado ruso por completo, como el de la leche, el alcohol y la confitería, el de la contrucción de locomotoras, motores eléctricos, piezas de recambio para aviones y automóviles. En caso de limitarse los suministros, sufrirán ambas partes, advierten los analistas.Capítulo aparte merece el gas. Según el gigante estatal ruso Gazprom, la deuda ucraniana por el primer trimestre de 2014 asciende a 2.237 millones de dólares, y la compañía quiere que Kiev pague esta suma en su totalidad, junto con los montos que le debe por abril y mayo (unos 5.200 millones de dólares). Como fecha límite del pago pone el próximo 9 de junio y adelanta que a partir de entonces Kiev tendrá que pagar el gas de antemano. Si no, promete cortarle los suministros.
Kiev, a su vez, ha pagado nada más que 786,36 millones de dólares, asegurando que solo esta suma puede considerarse indiscutible. Las autoridades ucranianas quieren conseguir una meta casi imposible: no solo mantener el esquema anterior, que seguía un sistema de pospagos, sino también pagar 268 dólares por 1.000 metros cúbicos de gas, la mitad del precio designado por Gazprom —485,5 dólares—, y recalcular las entregas ya realizadas según este precio rebajado.
Comercio con la Unión Europea
Hoy en día todos los Estados miembros de la UE juntos consumen un 25% de las exportaciones ucranianas: la mayor parte corresponde al sector agrícola (17 millones de dólares en 2013), el metalúrgico (14 millones de dólares) y el petroquímico (4,8 millones). Sin embargo, los restantes 75% van a otros mercados, sobre todo, al ruso. Para reorientar sus exportaciones, Ucrania necesita no solo conseguir la respectiva demanda en el mercado europeo, sino también introducir los estándares técnicos de la UE: es decir, atraer inversiones multimillonarias para modernizar su producción. Otro aspecto del programa es que los productos que correspondan a los estándares de la UE no podrán exportarse a Rusia ni a otros países vecinos que tienen regulaciones técnicas distintas a las de Europa. comentarios