Todas las miradas puestas en la derecha española
El mundo espera medidas inmediatas de Mariano Rajoy, el líder del conservador Partido Popular que fue elegido el domingo por mayoría absoluta para encabezar el nuevo gobierno español. No se trata tando de demandas de los españoles, cansados de la incertidumbre y de la crisis hipotecaria y laboral, sino de la presión internacional de las agencias calificadoras, que vuelven a demostrar su poder a la hora de decidir el destino de cualquier economía del mundo.
La estadounidense Fitch, siguiendo el ejemplo de ayer del otro pilar del sector, Standard & Poor's, ha informado que, por ahora, España conserva su actual nota de solvencia en AA- que la otorgó el 7 de octubre en vez de la AA+ que tenía entonces. Sin embargo, ha subrayado que la perspectiva sigue siendo negativa y ha solicitado del Gobierno de Rajoy, desde ya, "un ambicioso y radical programa de reformas estructurales y fiscales" que pueda "sorprender positivamente a los inversores".
La agencia subraya que el escenario base por donde debe discurrir ahora la economía de España es el Plan de Estabilidad apoyado desde Bruselas. Así que, "con vistas a cumplir con los objetivos de déficit fijados" en dicho programa, prescribe a Rajoy que "legisle" para poder tomar "medidas adicionales".
Por su parte, los líderes de las economías europeas sostenibles tampoco han tardado en expresar explícitamente su postura. Rajoy, que ni siquiera se ha pronunciado más allá de su discurso de victoria de la noche del domingo y no ha designado todavía ni a su vicepresidente ni al ministro de Economía, es conminado por Berlín y París para que emprenda "rápidamente" las medidas necesarias. La canciller alemana, Angela Merkel, en su telegrama de felicitaciones le recordó que tiene "un mandato claro" ante la UE, mientras que el presidente francés, Nicolás Sarkozy, subrayó que le toca ahora aportar "una respuesta eficaz y creíble destinada a restaurar la estabilidad monetaria y el crecimiento económico" en la zona euro.
Hace unos días, Rajoy pedía en un discurso "media hora" de gracia a los mercados tras las elecciones. Pero, al parecer, la media hora que tuvo el lunes cuando entre las 9:00 y las 9:30 de la mañana la prima de riesgo no se vio alterada será de hecho su primer y último ‘respiro’. Al final de la jornada la situación era muy distinta, y en las subastas de la mañana de este martes, el Tesoro ha pagado por los bonos de la deuda estatal más intereses de lo que paga Grecia.