Una Navidad marcada por la esperanza en Siria
Durante siglos, cristianos y musulmanes han convivido en Siria. A pesar de los esfuerzos de los extremistas para evitarlo, la convivencia no se ha roto, y ahora tras 7 años de violencia, en Damasco cristianos y musulmanes vuelven a celebrar la Navidad juntos, sin miedo a las balas ni a la artillería. En otras zonas como Daraa y Alepo incluso, será la primera vez que puedan celebrarla desde 2011.
La guerra prácticamente ha terminado. Los focos de violencia que quedan no son ni la mitad de los que hubo activos años anteriores, y en algunos casos la solución política es por fin una posibilidad. 2019 será un año marcado por las negociaciones y las políticas para reconstruir el país.
Estas fechas son importantes porque son una muestra de cómo el Gobierno sirio ha sabido mantener la secularidad del país frente al integrismo islámico que hoy impide en Idlib la celebración de una fiesta que es parte de la historia siria. Porque sí, la festividad de la Navidad tiene origen sirio.
En el siglo III d.C, el emperador romano Aureliano reconoció como oficial la festividad del Sol Invicto el 25 de diciembre. Se trataba de una adaptación de la adoración al dios pagano El-Gab que se realizaba en Homs, Siria, cuando todavía se conocía la ciudad como Emesa. Más tarde y con el emperador Constantino, el Sol Invicto evolucionaría a la 'nativitas' o Navidad.
Aunque el mismo día de Navidad Israel bombardease Damasco, la esperanza se impone al terror. Y es lógico, porque este 2018 termina con noticias muy positivas para Siria.
La noticia más sonada de los últimos días ha sido la retirada de Estados Unidos de Siria. O al menos eso es lo que ha anunciado Donald Trump. Si bien se trata de un movimiento comprensible pero precipitado, los hechos acreditan que es real. El Ejército sirio ha sido capaz de cruzar las líneas rojas que separaban su territorio del de las Fuerzas Democráticas Sirias sin que haya ninguna respuesta de la aviación yanqui. De hecho, sus fuerzas ya rodean Manbij, y las YPG se han ofrecido a ceder sus posiciones a Damasco para frenar a Turquía y evitar una posible invasión con la ayuda de las milicias extremistas de las que se vale.
Siguiendo con el ámbito militar, estos últimos meses de 2018 han visto cómo el Estado Islámico era derrotado en la mayor parte del territorio Sirio. Desde Yarmouk hasta Safa y pequeños focos de resistencia en el desierto. Todavía tienen algo de fuerza, pero ya es mínima y no suponen una amenaza militar real. Los pasos a seguir son claros, y es que se está intentando recuperar la mayor parte de Siria con el mínimo sacrificio humano posible.
Los grupos yihadistas más beligerantes parece que han decidido calmarse, y es que en estos momentos apenas lanzan ataques. Se limitan a mantener sus posiciones en Idlib esperando al qué pasará en una especie de 'pax romana'.
La situación humanitaria también mejora poco a poco, sobre todo en el sur. Los convoyes de la Media Luna Roja siguen enviando alimentos básicos mientras la economía se reactiva con la apertura de la frontera con Jordania. También en el sur, las familias drusas que estaban divididas por la frontera del Golán ocupado por Israel por fin pueden volver a reencontrarse. Los vuelos turísticos además, ya conectan Siria con países como Túnez, donde recientemente celebraban la llegada del primer vuelo en años procedente de Damasco de la compañía siria Cham Wings.
El reencuentro no solo es entre la población de Siria y sus vecinos, también se está dando a nivel diplomático. Países como Bahréin y Emiratos Árabes Unidos están volviendo a abrir sus embajadas dentro de Siria. Es un proceso paulatino pero ininterrumpido, y los anuncios ya están hechos.
Arabia Saudí, que ha sido uno de los mayores patrocinadores del yihadismo dentro de Siria y especialmente hostil hacia el Gobierno de Bashar al Assad, ha dado un giro de 180 grados al comunicar que no ven mayores problemas para que Siria pueda volver a ser parte de la Liga Árabe, según reportes. De seguir adelante el proceso, Siria podría volver a ser parte de un organismo supranacional para coordinar las relaciones comerciales, de comunicaciones, culturales y de salud de los diferentes Estados miembro.
Aunque los sirios fueron los principales impulsores de la Liga Árabe junto con los iraquíes, en 2011 se tomó la decisión de expulsar a Siria de la Liga. El próximo 20 de enero se celebrará una cumbre en Beirut en la que todo apunta que se estudiará que Siria vuelva. El propio embajador permanente de Sudán ante la Liga Árabe, Abdelmahmod Abdelhalim, ha dicho a los medios que el país al que representa está dispuesto a volver a entablar relaciones con el Gobierno de Bashar al Assad. La noticia llega poco después de que a principios de diciembre el presidente sudanés visitase Damasco.
Desde España también se están retomando poco a poco las relaciones con el país árabe. Ya se está estudiando la posibilidad de reabrir el Instituto Cervantes en Damasco, creado para la enseñanza del español y la difusión de la cultura hispana, que cesó su actividad por la violencia en 2012.
Todavía hay mucho trabajo por hacer dentro de Siria. Se estima que harán falta décadas para reconstruir el país y sería un error pensar que no va a haber más muertes en el frente. La destrucción y las sanciones han hecho que reine la miseria en un país en el que la ayuda humanitaria es una necesidad vital.
Sin embargo, la guerra está en una nueva etapa. Los sirios ya no están solos contra el mundo. Han emprendido un camino hacia la reconciliación tanto interna como externa, donde el dialogo es la vía preferible.
De aquellos 'ultras' que pedían y en algunos casos exigían la dimisión de Bashar al Assad y la destrucción del Gobierno sirio, ya quedan muy pocos. La mayoría de los periodistas ha basculado, más por conveniencia que por otra cosa, hacia posiciones moderadas, y solo los más enajenados siguen defendiendo lo indefendible. En política sucede lo mismo. Pocos de los mandatarios que hace 8 años fomentaban las hostilidades contra un país que no les suponía ninguna amenaza siguen en política.
Mientras el Gobierno sirio reafirma sus alianzas, sus enemigos se han quedado completamente solos. Solo Turquía mantiene al apoyo explícito a grupos yihadistas, y únicamente porque son útiles como arma diplomática y estratégica. Estados Unidos, Catar, Jordania, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí... poco a poco se han querido desmarcar de aquellos a los que un día auparon entre algodones.
Desde 2011 por primera vez se vislumbra por fin la paz en Siria. Ya no es un sueño imposible. Estas navidades, el espíritu está en la esperanza de un nuevo empezar.
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