Cinco tácticas para descubrir intenciones ocultas en las noticias
El mundo contemporáneo no trajo aparejado el desarrollo integral del hombre, sino un ascenso en las amenazas —cada vez más brutales, por los riesgos en lo nuclear—, guerras trágicas, invasiones y hambre, junto con un sistema de destrucción del pensamiento que paulatinamente se ha consolidado gracias a los inventos científicos o tecnológicos.
La comprensión, capacidad extraordinaria del cerebro para percibir la realidad en toda su dimensión, ha disminuido en altos niveles gracias, en parte importante, a instrumentos audiovisuales como la televisión o el celular. En lo que se refiere a este último, la falacia fue hacer creer que se incrementaría la información y el ingenio… logrando exactamente lo contrario: escasa capacidad lingüística, menor lectura comprensiva, adicción y disgregamiento de la concentración, entre otros elementos.
Específicamente, en la comprensión de la información existen serias limitantes las que han sido impulsadas por una ideología intencionada, con el fin que la confusión o las creencias sean la base de la comunicación. El resultado ha sido una extraordinaria falsedad difundida por los medios y una debilidad para entender su verdadero significado.
Por ello, una tarea imprescindible es trabajar para elevar el nivel de entendimiento de la información; es decir, la verdad por sobre la imagen de la realidad.
Existen cinco tácticas fundamentales que, al ser aplicadas, ofrecen la posibilidad esperada.
Primera: determinar la fuente de la organización que ofrece la noticia
Muchas empresas ofrecen una descripción de los fundadores, aunque no explican cuál es su función política y a qué clase social representan. Al investigar estos parámetros se descubre qué pueden esconder.
Así, el canal CNN es el órgano de una agencia de inteligencia, la cual le ordena publicar o exponer determinada información que responde al momento político, mientras que la BBC, periódicos americanos como 'El Mercurio', 'El Tiempo' o 'Clarín' representan los intereses de las élites que dominan el mercado industrial militar y su rol es sostener esta visión armada comercial. Lo honesto sería que aquellos órganos que poseen dicha vinculación expusieran claramente la relación con sus gobiernos —sin ocultar una visión multipolar o unipolar del mundo— y la necesidad de apelar al diálogo o a la guerra como herramienta de paz, sin esconder por medio de artificios su verdadera orientación.
Segunda: determinar la veracidad de la documentación que respalda lo dicho
Es común recurrir a 'fuentes' como 'un residente'; personas que no dan su nombre 'por temor a represión'; gente 'que se encontraba en el lugar'; instituciones como el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), que maneja una persona desde Reino Unido y se sustenta en "observaciones desde el lugar de los hechos"; u organizaciones como Human Rights Watch (HRW), que tiene una marcada orientación neocolonial sin defender la paz verdadera y no denuncia la represión en Yemen, el terrorismo u otros asuntos.
Solo cuando existe una prueba firme, documentada y respaldada no simplemente por una 'organización reconocida', sino por bases comprobadas, se puede tener certeza en la afirmación entregada.
Tercera: develar la intención profunda de la noticia o titular entregado
Develar la exacta intención sobre la expuesta en una presentación es definitivo. La narración de un evento indica, lógicamente, hacia dónde se dirige y dicha actitud se descubre a través del sentido dado. Es repetitivo en diversas organizaciones que, al estar atada su línea a un objetivo de manipulación, insistan siempre en eventos negativos cuando están en relación con gobiernos o paises que no siguen los dictados de las potencias que apoyan el terrorismo. Cuando se descubre qué se pretende y a quién favorece, se tiene precisión sobre lo descrito.
Cuarta: establecer nítidamente que la imparcialidad o neutralidad no existe
La teoría de la neutralidad, usualmente empleada para atacar o agredir a un sector, es vanamente un artificio puesto, que es un planteamiento claramente definido hacia una parte: toda posición siempre es parcial.
La solución es básica: buscar la objetividad teniendo una mirada determinada y reconocer cuando se falta a la verdad.
Es increíble la multiplicidad de afirmaciones que apelan a la imparcialidad y son en esencia falsas, pues su fuente o documentación es absolutamente distanciada de la realidad. Lo sustancial es conocer que se posee una cosmovisión y aceptar la opción de equivocarse, buscando permanentemente la fiabilidad.
Quinta: leer, ver o escuchar con detención lo que se expone
Actualmente, se emplea usualmente la radio en vehículos o la televisión en los hogares como instrumento para informarse. Sin embargo, al preguntar sobre el contenido muchas veces la gente responde con ideas generales o, sencillamente, no puede dar cuenta del tema. Allí es donde opera con fortaleza y efectividad la propaganda subliminal, que hace creer que el pensamiento es propio cuando ha sido enquistado en el subconsciente a través de una repetición anómala.
Las noticias no aparecen de la nada: son creaciones a través de equipos especializados, que reciben órdenes ideológicas para dar un sentido a la información. Es decir, no son simple oratoria a partir de locutores o presentadores, sino construcciones para transparentar la realidad, deformarla u ocultarla, entre sus funciones principales.
Lo fundamental es que se inicie esta formación analítica —principalmente en el aparato escolar, político o de comunicación— que permitirá comprender mejor el mundo que se transita y definir quiénes son los amantes de la paz. Esta pedagogía permitirá avanzar en la construcción de un cerebro en el que el pensamiento vuelva a ser la constante sobre las emociones y la aceptación incondicional de falsedades esgrimidas como verdades intocables.
Este es uno de los caminos para el desarrollo humano integral, en tanto comprensión de las ideologías en confrontación y su propuesta de un mundo humanizado o en franco declive.
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