Entre un mundo viejo que muere y un mundo nuevo que nace surgen los monstruos como Javier Milei, pero también las contradicciones, como las que Argentina tiene que aprender a manejar dentro de su propia circunstancia coyuntural, estructural e histórica.
En este artículo trataré de presentar una voz colectiva, a través de distintos periodistas y especialistas argentinos que han aceptado responder a algunas preguntas, que nos pueda ayudar a dibujar la imagen fija de Argentina en este instante, usando como hilo conductor los recientes comicios presidenciales y los actores que lo protagonizaron.
Sergio Massa, candidato de Unión por la Patria, venció en la primera vuelta de los comicios presidenciales en Argentina; en segundo lugar quedó el anarcocapitalista del partido La Libertad Avanza, Javier Milei.
Argentina pasó en los últimos años de ser uno de los referentes de los llamados gobiernos progresistas latinoamericanos, con las administraciones de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, a una vuelta a la senda neoliberal y dependiente de Washington y el FMI con Mauricio Macri. Para finalmente acabar en un punto intermedio: el gobierno presidido por Alberto Fernández desde 2019.
Massa viene de ocupar el cargo de ministro de Economía en el gabinete presidido por Alberto Fernández. Siendo la economía uno de los asuntos críticos del país, y tras unos resultados desastrosos en las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) en agosto de este mismo año, ¿qué elementos han podido favorecer esta victoria?
La crisis económica
En conversación con el periodista argentino Hugo Gulman, señaló que ha tenido gran importancia el cambio accionado por el ministro de Economía, quien en los últimos meses asumió un nuevo liderazgo, como si ya ostentase la presidencia, y aplicó medidas como la devolución del IVA en compras con tarjetas de débito y la drástica modificación del impuesto a las ganancias, que han generado no solo un movimiento de dinero muy grande y rápido, sino que también han reactivado ilusiones de confort y estabilidad para la población.
El periodista Larry Levy añade que "Massa logró diferenciarse del gobierno de Alberto Fernández al exponer con claridad que el 'enemigo' es el Fondo Monetario Internacional".
Gulman sostiene que "para Argentina, el peor Massa será preferible antes que el mejor Milei", una opinión que parece ser compartida por una parte importante de la sociedad argentina.
Ante la misma pregunta el periodista Larry Levy añade que "Sergio Massa logró diferenciarse del gobierno de Alberto Fernández al exponer con claridad que el 'enemigo' es el Fondo Monetario Internacional (FMI)".
Este acto de valentía, tras el gobierno tibio de Fernández, habría servido al candidato para desvincularse en parte de las responsabilidades ante la situación crítica que actualmente vive el país del Cono Sur.
Ampliando el foco, en contacto con el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, planteó que la crisis económica argentina no es solo una coyuntura de un gobierno específico, sino que es consecuencia de una serie de políticas implementadas por más de cincuenta años que, a través de la aplicación de doctrinas económicas, "monetaristas" primero y neoliberales después, se destruyó la capacidad industrial, asumiendo una economía sustentada en el sector servicios y el sector primario, tanto agropecuario como de explotación minera y de recursos energéticos, como el gas y el petróleo.
La crisis económica argentina no es solo una coyuntura de un gobierno específico, sino que es consecuencia de una serie de políticas implementadas por más de cincuenta años.
Este escenario estructural genera crisis cíclicas a la economía argentina y ha creado una cultura de la supervivencia. Bajo su punto de vista, ante situaciones críticas, el peronismo sigue cumpliendo un rol histórico para el sostenimiento de los sectores más vulnerables. Estos resultados por tanto nos indicarían que las clases populares argentinas aún ven en el peronismo el referente de sus intereses, sobre todo en momentos de crisis.
Sobre la situación económica del país también se expresó el doctor en ciencias sociales y humanas, el historiador y profesor de la Universidad de Luján, Martín Martinelli, quien afirma que "en Argentina en particular, no debemos olvidar que se estiman unos 400.000 millones de dólares propiedad de argentinos en el exterior, una suma exorbitante para los desajustes financieros sufridos en el país", lo que demostraría la existencia de sectores concentrados que se han beneficiado por los vaivenes de las economías. Añadió el dato de que el último préstamo pedido al FMI en 2018, en la administración de Mauricio Macri, supuso una importante fuga al exterior, lo que bajo su punto de vista ha propiciado parte de la crisis financiera actual.
Estos resultados por tanto nos indicarían que las clases populares argentinas aún ven en el peronismo el referente de sus intereses, sobre todo en momentos de crisis.
Esto explicaría por qué los mayores réditos electorales de las fuerzas opositoras a Massa se concentraron precisamente por los votos de los argentinos residentes en el exterior, sobre todo en EE.UU., mayoría de apoyos a Milei, y España, con mayoría de apoyos a Patricia Bullrich. Pero también explicaría por qué estos candidatos no acaban de convencer al electorado interno en Argentina. Pareciera que existen dos percepciones cognitivas antagónicas entre los argentinos dentro y fuera del país.
La vigencia del peronismo
Otro elemento que se repite constantemente cada vez que nos acercamos a la política en Argentina es la cuestión del peronismo. Pero, ¿qué es el peronismo?
Este movimiento de carácter popular no implica un solo partido político e incluso combina distintas facciones ideológicas integradas, a veces, dentro de una misma marca electoral. Finalmente se trataría de un movimiento popular, histórico y nacional, genuinamente argentino. Para profundizar sobre esta cuestión le pregunté a Eduardo J. Vior, analista de la agencia nacional argentina de noticias, Télam, quien define este movimiento dentro de tres banderas compartidas: soberanía política, independencia económica y justicia social. Lo que supone un abanico de valores donde los derechos laborales y sociales son intocables o difícilmente modificables y el rechazo a la dictadura y a las violaciones de los derechos humanos son principios consensuados.
"El peronismo se unió para ganar más allá de las diferencias internas, algo que surge casi naturalmente en el peronismo al aparecer un riesgo": Hugo Gulman.
Para este analista, el candidato opositor, Javier Milei, afectó directamente a ese consenso, lo que supuso que una mayoría votó como reacción a este discurso y en la dirección de defender estas conquistas.
Por otra parte, tanto Bullrich como Milei han centrado gran parte de su campaña en atacar al llamado kirchnerismo, que coincide con las figuras de los expresidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández. Una estrategia que, de algún modo, también beneficiaba al candidato de Unión por la Patria, ya que es de sobra conocida la mala relación de Massa con el kirchnerismo. Sin embargo, lejos de un enfrentamiento que marque un cambio de tendencia dentro del peronismo, durante la campaña vimos cómo los referentes del llamado kirchnerismo mantuvieron un perfil bajo.
Gulman señala en este sentido que "el peronismo se unió para ganar más allá de las diferencias internas, algo que surge casi naturalmente en el peronismo al aparecer un riesgo".
No obstante, Axel Kicillof, cercano a Cristina Fernández, a quien agradeció su victoria, fue reelecto como gobernador de Buenos Aires.
El profesor Martinelli señala a Massa y Kicillof como las fuerzas de renovación del peronismo, una corriente que, en sus palabras, es "muy amplia y abarcativa".
También en contacto con Sebastián Salgado, periodista y corresponsal de guerra argentino, aseguró que la continuidad del kirchnerismo está garantizada por la figura de Máximo Kirchner, diputado, hijo de Cristina y aliado de Massa. Quien cuenta, a su vez, con el apoyo de La Cámpora, con presencia en varios ministerios, que nació como una organización de jóvenes, pero que hoy es un semillero que busca espacios políticos y disputan el poder, vinculados directamente a la corriente Kirchner.
La debilidad de las apuestas de oposición
Durante nuestra conversación, Martinelli también destacó el rol nefasto de las campañas de la oposición a Massa.
Por un lado, Bullrich, cuyo discurso "de mano dura falló". A esto, Sebastián Salgado añade que la candidata centró su campaña en la lucha contra la delincuencia cuando siempre será recordada como la ministra de Seguridad de Macri, con casos terribles a sus espaldas como la desaparición de Santiago Maldonado en la Patagonia. Y por el otro lado, Milei, un producto creado y construido en redes sociales y a nivel mediático que tiene como principal limitación el techo que él mismo o su personaje construye.
"Cayó por su propio peso con la farsa de que la dolarización es una solución para la economía argentina", destacó Martinelli durante nuestra conversación, añadiendo, además, que la "dolarización" va a contramano de la realidad mundial.
Y así entramos en el escenario geopolítico internacional y su rol dentro de estas elecciones.
La pugna geopolítica
Como sabemos, existe actualmente una pugna entre el modelo unipolar regido por EE.UU. y un nuevo mundo multipolar.
Massa es el único de los candidatos que no ha cerrado la puerta al nuevo mundo multipolar.
Massa se ha caracterizado a lo largo de su carrera por su cercanía a Washington y al sector industrial argentino, lo que le permite también obtener apoyos de parte del electorado de la derecha tradicional. Sin embargo, la realidad del país se impone.
A finales de agosto se conocía el ingreso de Argentina al grupo BRICS+, que se hará efectivo el primero de enero de 2024, igualmente, tras la victoria de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil, vuelve el Mercosur renovado, con nuevas propuestas y posibilidades.
Massa es el único de los candidatos que no ha cerrado la puerta al nuevo mundo multipolar y este también es un elemento a tener en cuenta para comprender las lógicas que se han movido por detrás de esta elección.
Todas estas corrientes políticas, reflejo de la propia historia del país, de su estructura y de sus contradicciones, han puesto sus cartas sobre la mesa.
Ahora serán los argentinos los que escriban, más allá de estas elecciones, su propio destino.