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López Obrador sigue sin entender la magnitud de los feminicidios en México: ¿quién debe contar hasta diez?

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López Obrador sigue sin entender la magnitud de los feminicidios en México: ¿quién debe contar hasta diez?

No hay forma. Un año y medio después de que Andrés Manuel López Obrador asumiera la presidencia, la esperanza de que entienda y respalde las luchas feministas se desvanece a diario.

Al principio parecía que iba a ocurrir todo lo contrario. Cómo olvidar que, con López Obrador, por primera vez hubo paridad de género en el gabinete. Que la escritora Beatriz Gutiérrez Muller, su esposa, renunció al decorativo y patriarcal título de "primera dama". Que la científica Claudia Sheinbaum, militante de su partido, se convirtió en la primera mujer en ser electa como jefa de Gobierno de la Ciudad de México. Que, gracias a una histórica reforma políica, por primera vez en un Congreso, que además tiene mayoría oficialista, las curules están repartidas de manera equitativa entre hombres y mujeres.

Con todos estos datos, el panorama feminista al principio de la gestión de López Obrador parecía promisorio, pero comenzó a desdibujarse ante la insistente negativa del presidente para promover el debate parlamentario sobre la legalización del aborto a nivel nacional y por los femicidios que no cesan, sin que el mandatario entienda su singularidad y su gravedad.

Cecilia González, escritora y periodista.
Cecilia González, escritora y periodista.
La lista de declaraciones desacertadas de López Obrador sobre la revolución feminista que recorre el mundo es larga. Va del "yo no soy feminista, soy humanista", al "no quiero que el tema sea nada más lo del femicidio".

La lista de declaraciones desacertadas de López Obrador sobre la revolución feminista que recorre el mundo es larga. Va del "yo no soy feminista, soy humanista", al "no quiero que el tema sea nada más lo del femicidio"; del "les pido a las feministas, con todo respeto, que no nos pinten las puertas y las paredes" al "¿saben quiénes son los machistas y los que discriminan? Los conservadores".

A principios de año, los femicidios de Ingrid Escamilla, una joven de 25 años que murió apuñalada y desollada, y de Fátima, una niña de siete años cuyo cuerpo fue tirado en una bolsa, con signos de tortura, intensificaron las luchas feministas que se convirtieron en una presión inesperada para el gobierno.

Entonces llegó la pandemia del coronavirus y la cuarentena. Las denuncias de violencia padecida por las mujeres que viven con sus agresores crecieron de inmediato. Pero el presidente las desestimó.

"Voy a dar otro dato, que no quiere decir que no exista la violencia contra las mujeres, porque no quiero que me vayan a malinterpretar, porque muchas veces sacan de contexto lo que digo. El 90 % de esas llamadas son falsas, está demostrado", dijo, en lugar de reconocer la tragedia social que representa el miedo permanente a una agresión puertas adentro del hogar.

La realidad desmintió al presidente. El portal Animal Político analizó los datos oficiales y explicó que, de enero a marzo de 2020, el 77 % de las llamadas recibidas en el número de emergencia 911 habían sido falsas, pero por eso mismo ninguna quedaba incorporada en las estadísticas, lo que implica que todas las denuncias por violencia de género reportadas por las autoridades son reales.  

Esta semana, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública presentó su informe mensual y reveló que las llamadas por violencias contra las mujeres aumentaron de 19.183 en enero, a 21.772 en abril, con un récord de 26.171 en marzo. Esto implica que cada hora 30 mujeres piden auxilio telefónico por ser víctimas de abuso sexual, hostigamiento, acoso, violación o violencias físicas, verbales, morales o sicológicas por parte de su pareja o de algún familiar.

Y contrario a lo que afirmó el presidente, esas llamadas no son falsas.

Las cifras estremecen. De enero a abril de este, se reportaron 308 crímenes que se investigan como femicidios y 987 homicidios dolosos, es decir, cometidos intencionalmente, lo que significa  que cada día 10 mujeres son asesinadas.

Además, en este mismo periodo 88 mujeres fueron secuestradas; 972, extorsionadas; 530, víctimas de corrupción de menores, y 127, de trata de personas.

Cecilia González, escritora y periodista.
Cecilia González, escritora y periodista.
La pandemia no ha detenido a las activistas feministas que iniciaron la campaña "Nosotras tenemos otros datos" para desglosar las estadísticas que López Obrador niega o minimiza, depende el día, mientras los femicidios se repiten.

La pandemia no ha detenido a las activistas feministas que iniciaron la campaña "Nosotras tenemos otros datos" para desglosar las estadísticas que López Obrador niega o minimiza, depende el día, mientras los femicidios se repiten, como el de Diana Carolina Raygoza Montes, una estudiante de 21 años asesinada el lunes en su casa, en el estado Nayarit.

En respuesta, la feminista Valeria López Luévanos ratificó su apoyo al gobierno en un artículo que es muy interesante porque apela a una perspectiva rica en matices, sin el blanco o negro con el que se suele interpretar la realidad en países polarizados como México. La estudiante de Sociología reconoció que el presidente se equivoca al hablar sobre feminismo y que no hay que justificarlo, que a ella también le enojan y le parecen graves sus posturas, pero también  explicó que programas sociales como la pensión de adultos mayores, o "Jóvenes construyendo el futuro" benefician principalmente a las mujeres. Tiene razón. Son acciones afirmativas en pos de la equidad de género.

El problema es que resultan insuficientes. Y es el propio gobierno el que desplaza los argumentos para su defensa.

Así lo demuestra una campaña lanzada esta semana desde la Secretaría de Gobernación, que conduce Olga Sánchez Cordero, la primera mujer que ocupa uno de los cargos más importantes que hay en el país, bajo el eslogan: "Quédate en casa. No pierdas la paciencia, respira y... cuenta hasta 10".

Hay dos versiones del afiche. En una, de fondo se ve a una pareja heterosexual discutiendo. En primer plano la mujer aparece serena y sonriente, feliz porque ya contó hasta 10 y dejó de pelear con su marido. En otra, el hombre regaña a un niño y a una niña que están sentados en una escalera, y lo miran con seriedad. En la imagen principal, el hombre tiene los ojos cerrados y se acerca las manos al rostro en un signo de desesperación. Parece que todavía no ha contado 10 para calmarse.

Cecilia González, escritora y periodista.
Cecilia González, escritora y periodista.
Una campaña lanzada por la Secretaría de Gobernación interpreta la violencia doméstica como un problema entre particulares, sin explicar el trasfondo de la cultura machista que justifica las agresiones, además de que responsabiliza a la mujer y le pide que ella se haga cargo de frenar la discusión.

La campaña interpreta así a la violencia doméstica como un problema entre particulares, sin explicar el trasfondo de la cultura machista que justifica las agresiones, además de que responsabiliza a la mujer y le pide que ella se haga cargo de frenar la discusión. O sea, que si la pelea continúa, será su culpa. Se desconoce por completo a la violencia de género. Y ni hablar del toque clasista, porque los modelos son un hombre y una mujer de piel morena que habitan espacios humildes, lo que obvia que las violencias intrafamiliares atraviesan a todas las clases sociales.

Ojalá que el presidente hiciera caso a su propia campaña y contara hasta 10 todos los días, pero para recordar, con nombre y apellido, a las 10 mujeres que son asesinadas cada 24 horas en el país que gobierna y al que le prometió paz y justicia social. Sin la perspectiva de género, esas metas serán imposibles.

Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de RT.

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