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Cien días de López Obrador: Los claros y oscuros del nuevo Gobierno mexicano

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Cien días de López Obrador: Los claros y oscuros del nuevo Gobierno mexicano

El pasado lunes 11 de marzo se cumplieron los primeros cien días de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, una gestión que hasta el momento es aprobada por más del 80 % de los mexicanos, una cifra 30 puntos por arriba del porcentaje con que ganó las elecciones.

Es claro que en un periodo tan breve debemos hablar de señales, quizás de avances o retrocesos, pero no es tiempo de calificar resultados. Ese primer balance, ya con indicadores, parece prudente hacerlo al año de ejercicio en el gobierno, después de un tiempo razonable de poner en práctica el sello personal y que la administración pública haya pasado por los distintos ciclos que determinan sus obligaciones. Sin embargo, hay pautas en estos cien días que nos permiten ver si hay un cambio de régimen en marcha o no.

Lo primero que hay que destacar es la estabilidad macroeconómica que se ha mantenido en México. Primero, los agoreros del desastre vaticinaron que en caso de ganar López Obrador iba a existir una fuga masiva de capitales, se desplomaría el peso respecto del dólar y la inflación subiría como la espuma del mar. Falso. Nada de eso paso. Después, las mismas plumas 'expertas' pregonaron el apocalipsis de la economía en caso de la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), que se reflejaría en lo mismo que habían dicho antes: fuga de capitales, aumento del dólar, inflación. El proyecto fue cancelado por razones ecológicas y de corrupción, y nuevamente los predicadores del juicio final se quedaron con un palmo de narices. Las pequeñas fluctuaciones del dólar se estabilizaron y nada cambió de fondo. Una vez más, el desastre no tuvo lugar.

A cien días, los índices muestran que la inflación bajó y las previsiones del Banco de México apuntan a que se va a alcanzar la meta de 3 % en el primer semestre de 2020. El peso mexicano se ha apreciado ligeramente respecto al dólar, en un 4 % desde el inicio del sexenio, y los mercados se mantienen estables, sin fuga de capitales y con una breve ganancia en la Bolsa Mexicana de Valores. Por su parte, la confianza del consumidor presentó en febrero el nivel más alto desde abril de 2001, que es la primera cifra que se tiene registrada, y hubo un aumento del salario mínimo del 17 % a nivel nacional y del doble en la zona fronteriza con Estados Unidos. El ciudadano mexicano muestra confianza en la economía y en las acciones presidenciales, más allá de las voces que con cierta esquizofrenia anticipan la catástrofe y de las calificaciones crediticias a la baja que ha experimentado Pemex por parte de agencias como Fitch.

Otra importante acción ha sido el combate al robo de gasolina, el cual ha pasado en cuestión de semanas de la cantidad de 80.000 barriles sustraídos ilegalmente cotidianamente a solamente 15.000. Esta reducción le representará al gobierno mexicano una recuperación de 2.500 a 3.000 millones de dólares anuales. El combate al huachicol también ha dejado al descubierto la red de complicidades entre funcionarios de Pemex, autoridades locales y empresarios nacionales que se beneficiaban de dicha práctica y que muestran que la actividad es toda una mafia organizada. No solo el gobierno está recuperando dinero, también se están sentando las bases de la lucha contra la corrupción, por lo que el robo de combustible está ahora clasificado como delito grave.

En materia de (in)seguridad no ha habido cambios y las inercias permanecen, lo cual fue reconocido por López Obrador. Para enfrentar esta violencia, se aprobó por unanimidad en el Senado y con un solo voto en contra en la Cámara de Diputados la instauración de una Guardia Nacional. La totalidad de los 32 congresos estatales y el de la Ciudad de México también dieron luz verde a la reforma constitucional que crea esta institución, algo que no ocurría para una reforma constitucional desde la reforma electoral de 1996, que fue la que permitió que el PRI perdiera la mayoría absoluta del Congreso y la alternancia partidista en el 2000. Ese es el consenso que ha generado la Guardia Nacional, que pudiera ser la última oportunidad de vivir en un México en paz.

En el plano internacional se logró mantener la dignidad y soberanía del país frente al conflicto en Venezuela, gracias a los principios de no intervención y de resolución pacífica de los conflictos, enmarcados en la Doctrina Estrada. Mientras que la mayoría de los países del continente americano y los europeos se fueron en una cargada en favor del reconocimiento de Juan Guaidó, el tiempo le dio la razón a México (y a Uruguay): que apoyar a Guaidó era apoyar el intervencionismo estadounidense y que la situación en Venezuela debe ser resuelta por los propios venezolanos. Decisión difícil al principio por las presiones sufridas, pero muy acertada al final.

Como ningún gobierno es perfecto, hay cosas que también pueden ser criticadas, sobre todo al inicio de un cambio de régimen. La primera es que la administración pública no va al mismo ritmo que marca López Obrador. Esto es porque hay muchos funcionarios que siguen defendiendo privilegios anteriores y que buscan entorpecer a propósito disposiciones del nuevo gobierno como la Ley de Austeridad y todo lo que eso conlleva. En casos extremos, la corrupción que está debajo de la alfombra lleva tiempo en salir y algunos servidores públicos de dudosas trayectorias marchan de un lugar a otro, donde buscan pasar desapercibidos tanto como sea posible. Tarde o temprano estas cosas se solucionaran, pero en el momento generan un poco de caos y lentitud en el gobierno. Todo mundo ha señalado al elefante en el cuarto de la administración pública que es el régimen de corrupción y privilegios, pero ese elefante es testarudo y reumático, y para que abandone el salón llevará un poco más de los cien días.

Otra cosa es que el gobierno tiene una relación ambivalente con megaproyectos que pudieran atentar contra la ecología. Por una parte ha cancelado el NAIM y el proyecto minero de Los Cardones en Baja California, pero por otra mantiene, a pesar de las críticas y dudas, el proyecto de la termoeléctrica en Morelos y el emblemático Tren Maya que cruzara la península de Yucatán. Ambos proyectos parece tener puntos a favor en torno a lo económico, pero generan antagonismo por los daños ecológicos que pueden causar. En este tema debe haber una mayor reflexión, de lo contrario el gobierno de López Obrador podría caer en errores en que incurrieron otros gobiernos de izquierda (como la Bolivia de Evo o el Brasil de Lula), que siguen considerando la explotación en exceso de los recursos naturales como una fuente válida para allegarse recursos, sin cuestionar más profundamente la relación economía-ecología, que cada vez se muestra como más necesaria y vital para la sostenibilidad.

De igual manera, la izquierda progresista y el movimiento feminista demandan acciones de mayor calado. Los feminicidios en México exigen una política pública enfocada concretamente en la problemática y que no quede como otra cuestión más de seguridad pública. Por otra parte, la criminalización del aborto en el estado de Nuevo León significó un paso para atrás en el derecho a decidir de las mujeres. La reciente elección de Yazmín Esquivel como ministra de la Suprema Corte genera inquietudes justificadas por su posición contra el aborto y las adopciones homoparentales. En estos temas México no debe retroceder en los derechos adquiridos, al contrario, debería dar un paso adelante y consagrarlos constitucionalmente como parte fundamental de los derechos humanos en el siglo XXI.

A pesar de que el nuevo régimen no acaba por nacer y el viejo no termina por morir, al inicio de este nuevo gobierno hay más claros que oscuros que prometen buenas cosas en el futuro, de estos positivos emana la aprobación del 80 %. Los ciudadanos debemos tener paciencia en las cosas que toman tiempo; en las que estamos de acuerdo, brindar apoyo, porque los viejos actores no cederán privilegios y corruptelas por motu propio; y en las que estemos en desacuerdo, demandar debates y discusiones públicas profundas que permitan exponer las razones del descontento.

@BuenrostrJavier

Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de RT.

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