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Kissinger y China: una amistad peculiar

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Kissinger y China: una amistad peculiar

Henry Kissinger ha muerto a los 100 años. Para muchos, una vida que duró más de lo debido. El legado sangriento de sus intervenciones en varios países del tercer mundo ha dejado consecuencias hasta el día de hoy.

Sin embargo, no todos tienen el mismo recuerdo. En China, la memoria de Kissinger es bastante diferente. La amistad empezó durante la primera visita del diplomático estadounidense a la nación asiática, entre el 9 y 11 de julio de 1971.

Primeros acercamientos entre China y EE.UU.

A inicios de la década del sesenta, la ruptura sino-soviética era una realidad y la relación entre ambos países se fue degradando hasta 1969, cuando se dieron dos conflictos fronterizos en la isla Zhenbao (o isla Damanski, en ruso). La tensión fue tal que hasta se contempló el uso de armas nucleares.

En China, vieron que había que tener una mejor estrategia de defensa nacional. A mediados de mayo de 1969, Zhou Enlai y Mao Zedong encargaron a cuatro mariscales que analizaran la situación política internacional. El resultado de la evaluación fue que debían jugar con la "carta estadounidense" en el proceso de negociación postconflictos con la URSS.

Por su lado, cuando Richard Nixon asumió la Presidencia, EE.UU. estaba en crisis. Por ello, encargó a su consejero de seguridad nacional, Henry Kissinger, la estrategia de aligerar las tensiones a escala global, en especial con la Unión Soviética. Esto se conoce hoy como la política de 'détente'. Para esto, la "carta china" era clave y había que descongelar las relaciones con Beijing.

Entre 1969 y 1970, los estadounidenses hicieron intentos de tener contacto directo con los chinos. Hasta ese momento, lo habían hecho a través de canales pakistaníes y rumanos. En septiembre de 1969, el embajador en Varsovia, Walter Stoessel, recibió la orden de contactar a su contraparte china.

Richard Nixon encargó a su consejero de seguridad nacional, Henry Kissinger, la estrategia de aligerar las tensiones a escala global, en especial con la Unión Soviética.

El contacto se pudo dar recién a inicios de diciembre, luego de un espectáculo de moda yugoslava en el Palacio de Cultura de Varsovia. La delegación china se salió del evento y Stoessel tuvo que correr detrás de los diplomáticos chinos. Se acercó a la delegación y le dijo al intérprete que tenían un mensaje importante para su país.

El mensaje llegó a Zhou, quien reportó a Mao. Entendieron que era una señal clara de interés por un acercamiento entre ambos países. En respuesta, como acto de buena voluntad, se liberó a dos estadounidenses que habían sido arrestados en China luego de que su yate se desviase a las costas de Cantón.

Las negociaciones entre embajadores en Varsovia iniciaron, pero no llegaron a ningún acuerdo luego de que EE.UU. bombardeara bases comunistas en Camboya.

El nuevo intento de acercamiento nació a través del 'ping-pong' durante el trigésimo primer campeonato mundial en Nagoya, Japón. Zhou promovió entre los jugadores que priorizaran la amistad antes que la competencia.

Durante el campeonato, Mao invitó al equipo de 'ping-pong' estadounidense a China, lo cual fue inmediatamente aceptado. En los pasaportes estadounidenses había una lista de países comunistas a los cuales no podían viajar. En el consulado de EE.UU. en Japón, simplemente tomaron un marcador negro y tacharon China. Los jugadores quedaron listos para ir.

La visita fue un éxito y sentó las bases para el acercamiento. En mayo de 1970, en la reunión de Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh), se decidió retomar el acercamiento a EE.UU. a través del canal paquistaní.

La visita secreta de Kissinger

Los chinos entendieron que Nixon debía asegurar su reelección y que un logro en el proceso de 'détente' ayudaría mucho. Así que acordaron facilitar el proceso sin poner precondiciones para el diálogo. La siguiente etapa consistió en explicar al país la necesidad de una nueva política con relación a EE.UU. y preparar al pueblo chino para el giro político.

A través de diplomáticos paquistaníes, luego de muchas idas y vueltas, los chinos enviaron una carta de invitación a un representante estadounidense en mayo de 1971. La decisión era evidente. Nixon fue el que concibió la idea del acercamiento, pero Kissinger la ejecutó. Nadie mejor que él para negociar directamente con los chinos.

Su viaje fue presentado como una gira común por Asia que terminaría en Paquistán. Una vez ahí, simuló un problema de salud que le tomaría unos días recuperarse. En realidad, estaba camino a China.

Nixon fue el que concibió la idea del acercamiento, pero Kissinger la ejecutó. Nadie mejor que él para negociar directamente con los chinos.

Todo se dio en coordinación con los paquistaníes. El secretismo fue tal que un diplomático paquistaní llevó a Kissinger al aeropuerto. No confiaron ni en los choferes y tampoco usaron los autos oficiales del gobierno. Así que fueron en el VW escarabajo de su hijo, con el diplomático estadounidense escondido en la parte trasera.

Mientras tanto, en China, habían preparado la visita con meticulosidad. Se armó una comisión especial, liderada por Zhou, para organizar la llegada de Kissinger. Parte de los miembros fueron cuadros jóvenes del gobierno que debían preparar resúmenes de todos los textos del diplomático estadounidense, así como textos de historia y política de EE.UU.

Por su parte, Kissinger ha admitido que, en ese momento, era un ignorante absoluto sobre China. Posteriormente, describió su experiencia como esas pocas oportunidades en la adultez en la que uno se encuentra en una situación donde todo es absolutamente nuevo, muy parecido a los niños cuando empiezan a conocer el mundo.

La reunión con Zhou Enlai fue positiva. Kissinger ha descrito a Zhou como una de las personas más inteligentes que conoció en su vida. Ambos acordaron la visita de Nixon. Finalmente, ambos jefes de Estado se encontrarían.

Fue un terremoto político dentro y fuera de EE.UU., pero considerado un triunfo para Nixon; frenó cualquier posibilidad de escalada nuclear entre China, la URSS y EE.UU.

El 15 de julio, Nixon salió en televisión nacional y contó el secreto. Explicó que el marco de la política de pacificación se había iniciado contactos con la República Popular China, puesto que no había paz mundial posible si no se le incluía. Agregó que producto de la visita había recibido una invitación del gobierno chino y que la había aceptado con gusto.

Fue un terremoto político dentro y fuera de EE.UU., pero considerado un triunfo para Nixon. Valgan verdades, frenó cualquier posibilidad de escalada nuclear entre China, la URSS y EE.UU.

Un vínculo de 52 años

A pesar de haber sido Nixon quien concibió el acercamiento, hoy se recuerda a Kissinger por ser el gran estratega que lo llevó a cabo. Tanto como funcionario estatal como en su actividad privada, se dedicó a trabajar por el vínculo entre ambos países.

Entre 1971 y 2023, viajó más de 100 veces a China. Su libro 'On China' es de consulta básica para entender este país. Los mismos chinos reconocen que fue uno de los pocos extranjeros que llegó a entender la nación. 

Su última visita fue secreta, como la primera. En julio de este año, el centenario exdiplomático apareció en Beijing en un último intento de mediar entre ambos países. Fue recibido casi como un jefe de Estado.

El mandatario chino lo elogió y reconoció su rol constructivo en la relación entre EE.UU. y China. También fue un mensaje al EE.UU. de hoy, tan irracional e impredecible.

Muy posiblemente, también quería despedirse y los chinos lo entendieron así. La reunión con Xi Jinping se dio en la misma sala donde Kissinger se reunió con Zhou Enlai durante su visita secreta en 1971. Xi lo llamó un "viejo amigo de China", pocos extranjeros son considerados así.

El mandatario chino lo elogió y reconoció su rol constructivo en la relación entre EE.UU. y China. También fue un mensaje al EE.UU. de hoy, tan irracional e impredecible.

En el día de su muerte, la respuesta oficial del Estado chino ha sido una expresión de tristeza. Muchas de las palabras del mensaje de Xi fueron las mismas que le dijo personalmente unos meses atrás. Los medios han recordado diferentes momentos de la historia de Kissinger con este país.

En redes sociales sí se han encontrado voces críticas que han recordado los crímenes de Kissinger. La diferencia está en que los chinos no piensan en términos dicotómicos y excluyentes. En su mentalidad, es posible concebir que el hombre que fue tan positivo para China haya sido también un monstruo para otros países.

Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de RT.

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