China quiere pisar fuerte con el yuan en la crisis del petróleo

Roberto Bellato

Acaba de finalizar agosto, un mes que tuvo en el centro de la escena económica mundial a China ya que su moneda, el yuan, sufrió fuertes devaluaciones dispuestas por el gobierno que impactaron en el resto de los mercados mundiales y empujó -aún más- el precio internacional del petróleo que viene en caída desde hace un año. Pero el gigante asiático quiere aprovechar la crisis del "oro negro" para pisar fuerte en el mundo del petróleo. ¿Lo logrará?

El mercado bursátil del gigante asiático atravesó una caída histórica en agosto: 8,5% en un sólo día (el famoso "lunes negro" del 24 de agosto pasado), como no ocurría desde 2007. A fin de mes, también el petróleo hacia lo suyo llegando a los 38,2 dólares el barril de WTI (West Texas Intermediate) en el mercado de Estados Unidos y a los 42,6 dólares el crudo tipo Brent en Londres, marcando una caída a valores que no se registraban desde 2009.

Luego de una rápida escalada del 27% en tan sólo 3 jornadas, el crudo recuperó terreno y se situó entre los 40 y 50 dólares el barril, valores donde pareciera acomodarse estos días de septiembre, trayendo una relativa tranquilidad luego de la precipitada caída de fin de agosto.  

Las principales razones del crudo barato tienen que ver con los índices de desaceleración de la industria de China y del impacto de los movimientos de su moneda a nivel global, aunque también el petróleo está en baja debido al aumento -semana a semana- de la producción de petróleo y gas en Estados Unidos, que inyecta hidrocarburos mediante los pozos no convencionales a un mercado mundial marcado por la sobre oferta. Es decir, que el crudo esta a la baja entre otras cosas porque China, la segunda economía y el primer importador de petróleo del mundo, produjo una desaceleración en su manufactura que lo lleva a una menor demanda de energía.

Esta semana, la Oficina Nacional de Estadísticas de China informó que la actividad industrial de ese país retrocedió en agosto hasta entrar en contracción, ya que el índice gerente de compras (PMI) industrial marcó 49.7 puntos en el mes (la cifra más baja desde agosto del 2012), por debajo de los 50, nivel que divide la contracción de la expansión. Este mismo índice en julio había marcado 50.2. El PMI es una encuesta que se realiza a las grandes industrias de cada país para obtener información respecto de su actividad, nivel de producción, nuevos pedidos, movimientos y ocupación.

¿Qué dimensión real tiene esta desaceleración de la segunda economía mundial? ¿China se ve beneficiada por la caída del petróleo?

Luego de la crisis de 2008, China experimentó un cambio de modelo económico donde lo central dejó de ser la inversión y pasó a ser el fortalecimiento del consumo y mercado interno. Si bien dejó de tener una tasa de crecimiento de dos dígitos (hasta 2008 venia creciendo entre un 10 y 15%), la economía china crece con un envidiable 7% anual. Esto significa que crece más que Estados Unidos y Europa. Así lo describió en BBC Mundo John Ross, profesor del Instituto de Estudios Financieros Chongyang de la Universidad Renmin de Beijing: "China está creciendo a un 7%, tres veces más que Estados Unidos y cuatro más que Europa. Es una economía que ha pasado de un crecimiento 'súpersensacional' de un 10% anual o más a uno 'sensacional', que es el actual".

Algunos especialistas también afirman que las recientes devaluaciones del yuan, impulsadas por el gobierno de Xi Jinping, no son el comienzo de una crisis, si no que tiene que ver con una estrategia de romper con la subordinación al dólar en el comercio internacional mediante la libre flotación cambiaria que exige el FMI para posicionarse como moneda de pago mundial. China quiere que su divisa sea mundial y viene tomando medidas al respecto con algún grado de éxito para destacar: desde 2014, el yuan se convirtió en una moneda de reserva en más de 50 países y territorios y se ubicó como quinta divisa de pago del mundo, detrás del dólar estadounidense, el euro, la libra esterlina de Inglaterra y el yen de Japón. En enero de 2013 representaba el 0,63% de las transacciones internacionales y se ubicaba en el puesto número 13 como moneda de pago mundial. De a poco, el yuan chino pasa de moneda emergente a moneda de pago corriente.

¿Qué ocurre con China, el yuan y el petróleo barato?

Uno de los objetivos de esta internacionalización del yuan como moneda de referencia para otros países es que China planea para los próximos meses abrir su mercado de crudo y lanzar contratos a futuro de petróleo para competir con el de Londres (crudo Brent extraído de pozos del Mar del Norte) y con el mercado de Nueva York del crudo tipo WTI. Esto se conoció recientemente gracias a que INE, uno de los operadores de mercados energéticos de Shanghái, hizo circular un borrador con esta información. Este nuevo mercado de Shanghái de contratos petroleros a futuro seria la concreción de China como uno de los actores determinantes en la fijación del precio en el mercado de petróleo a nivel mundial y la moneda que utilizará será, por supuesto, el yuan.

Además, si bien es el cuarto productor de petróleo mundial y sus principales compañías del sector (Petrochina, Cnooc y Sinopec, entre otras) se ven afectadas como cualquier petrolera en la actualidad por la caída del precio, el gigante asiático es el principal importador de crudo (compra más de 5.000.000 de barriles diarios) y un barril barato lo beneficia ya que ayuda a su balaza comercial.

China importa cerca del 60% de la energía que consume y el crudo barato claramente lo beneficia en esta ecuación. Según el Bank of America Merril Lynch, por cada 10% que baja el precio del crudo (en los últimos 12 meses bajó 60%), China puede incrementar su crecimiento económico en un 0,15%.

En este contexto de crisis del precio del petróleo, donde no pareciera recuperarse en lo que queda de 2015, China quiere aprovechar para pisar realmente fuerte en el mundo petrolero compitiendo con Londres y Nueva York con un nuevo mercado y contratos a futuro mediante sus yuanes. El escenario está abierto.