Solo en Rusia: La historia del oso que vive con una familia

Bruno Troso

En los últimos días, muchos medios internacionales publicaron fotos y videos de lo que muchos dirían imposible de conseguir: convivir con un oso y estar vivo para contarlo. Svetlana y Yuri Panteleyenko viven con el oso Stepan en las afueras de Moscú. Y fui con el grupo de camarógrafos de RT que acompañaban a Eva Golinger para la filmación de un nuevo episodio de 'Un día con...'.

Cuando se habla de Rusia, se dice que los osos caminan por las calles y que incluso toman vodka y saben tocar la balalaica. Y que cada familia tiene uno. 
Por supuesto, estas son exageraciones. ¿Un oso viviendo con una familia como si fuera una mascota? Sería impensable incluso para un lugar como Rusia, donde siempre suceden cosas raras. Aun así, parece ser que siempre hay una excepción.


Y así fue como conocí de primera mano la historia del oso Stepán. Los Panteleyenko lo adoptaron cuando Stiopa, como lo llaman de cariño, tenía solo 3 meses. Lo encontraron unos cazadores en un bosque y estaba en muy malas condiciones, así que esta familia de artistas circenses le dio un nuevo hogar. Y ahora, 23 años después, y luego de haber recorrido casi todo el mundo, están retirados y se podría decir casi ocultos del ruido de la ciudad.

Stepán tiene varias actividades a lo largo del día (a parte de comer 25 kilos de comida):

Le gusta jugar con balones.

Se sienta a tomar el té.

O simplemente descansa en el sofá.


Aunque, claro, su agenda últimamente está bastante ocupada, ya que muchos medios han ido a visitarlo.

Yuri Panteleyenko, en un perfecto español, nos explicó sobre la psicología de los osos, su comportamiento y sobre las acusaciones de maltrato animal que a veces se vierten en su contra.

"Muchas veces nos han dicho que deberíamos dejar al oso en libertad en su hábitat natural, pero eso sería dejarlo morir a su suerte. Ha crecido con nosotros, siempre nos escucha y nunca nos ha atacado. No es violento".

"Al vivir con Stepán, nos hemos dado cuenta de conductas que nosotros no le hemos enseñado, pero que hemos aprendido a entender para poder comunicarnos mejor con él. Por ejemplo, cuando se siente acosado o enojado, hace un gesto como si se estuviera mordiendo el brazo. Entonces de esta manera entendemos que ya está fatigado y es mejor dejarlo en paz".

Stepán también ha aparecido en muchas películas y sesiones fotográficas. Y claro, no podíamos dejar de preguntar a los Panteleyenko cómo habían aprendido a hablar español. Resulta que vivieron en América Latina y mayormente en Centroamérica por más de una década.

Pertenecían a un grupo de circenses itinerantes rusos que ofrecían su espectáculo con el oso Stepán y otros animales. Nos contaron que tuvieron que aprender español obligadamente ya que cuando iban al mercado a comprar, los vendedores les aplicaban una especie de 'impuesto al extranjero', es decir, todos los productos se los vendían más caro.

Svetlana dice que estuvo encantada de los años que vivió en América Latina y que le gustó mucho el clima y la gente amable y alegre. Cuando habla sobre el tiempo que vivieron allá los ojos le empiezan a brillar y una gran sonrisa se dibuja en su boca. Cuenta que una vez en Cali, Colombia, tuvieron que llamar a un taxi para poder llevar a Stepán al veterinario.

Tenía un terrible dolor de muela. Lo único es que dijeron que iban a llevar a un perro y no a un oso. El hombre, sorprendido al ver a Stepán y que al parecer nunca había visto un oso, les preguntó de que raza era su 'perrito'.

"Es un pastor siberiano", le dijeron los Panteleyenko mientras Stepán daba unos gritos de dolor. "Al final el conductor estaba tan nervioso con el oso gimiendo cerca de su oreja que se confundió de dirección".

"Tocamos el timbre y salió una mujer". Imagínense la situación: dos rusos le dicen a esta mujer que necesitan que le curen el diente a su oso porque está sufriendo mucho. La señora, asustada, les cerró la puerta y salió corriendo. Luego ya pudimos encontrar al veterinario. Y así, siempre nos sucedían cosas muy interesantes", nos cuenta Svetlana.

Pero los problemas que acarreaba el narcotráfico en la década de los 90 los hizo regresar a su patria. "A los artistas nos trataban bien, esos problemas no nos afectaban. Pero nos ibamos acostumbrando a que cada día mataban a alguien, lo escuchábamos en las noticias. Y al principio nos sorprendía. Ya luego era una noticia más. Y eso no nos gustaba. Además, a Stepán no le gustaba la vida del circo."

Esta es la foto más antigua que tienen de Stepa. Yuri comenta que al oso le encantaba subirse a su lomo cuando este tenía solo 2 años.

Al ver al oso, me daba la impresión de que esto no es correcto. No está bien tener un oso como mascota. Debería vivir en el bosque con otros osos. Tenía ese pensamiento mientras íbamos de vuelta a Moscú con los camarógrafos. 
Pero luego de analizar la situación, Stepán no puede volver al bosque. No creció junto a otros osos. No sabe cazar y no podría sobrevivir solo en su hábitat natural.

Así que pienso que lo más correcto es que siga viviendo con la familia que lo acogió y le brindó un hogar, comida y, sobre todo, mucho cariño.

Aunque espero que esta situación no se vuelva a repetir con ningún otro animal salvaje.


Al final de la filmación me acerqué al oso para darle un abrazo y darle la mano. Sinceramente, estaba algo asustado. Pero es muy simpático el 'osito'. 


Aquí está el video completo de 'Un día con el oso Stepán'.