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Exdiplomático cubano Germán Sánchez Otero: "Tras el golpe del 2002 Fidel me dijo que había que evitar que a Chávez le ocurra lo mismo que a Allende"
"A partir del 2002 EE.UU. dejó claro que su intención era extirpar la Revolución Bolivariana de raíz", cuenta el exdiplomático y escritor cubano Germán Sánchez Otero, que fue embajador de Cuba en Venezuela durante 15 años. En 'Entrevista', de RT, habla de la transformación que experimentó la oposición venezolana cuando aceptó la estrategia de EE.UU. de enfrentar a Chávez con un golpe militar y explica qué es lo que se mantiene desde aquellos años hasta el presente.
En el programa 'Entrevista' de RT, el exdiplomático y escritor cubano Germán Sánchez Otero, quien fue embajador de Cuba en Venezuela por 15 años, comparte sus conocimientos sobre la historia de la revolución venezolana y su relación cercana con el expresidente Hugo Chávez.
Sánchez Otero cuenta que ser el autor de una biografía de Chávez de varios tomos le ha llevado a "sistematizar" la historia desde la revolución venezolana desde 1999 hasta la actualidad. El escritor cubano describe que los primeros años de la revolución fueron "años de convivencia" con EE.UU., donde recién el exmandatario venezolano se estaba dando a conocer.
La oposición venezolana influenciada por EE.UU.
Sánchez asegura que el golpe de Estado de 2002 y el paro petrolero se da bajo la influencia de EE.UU. Entonces Washington decidió "liquidar a Chávez" y desactivar todo lo establecido en la Constitución y "dio claras muestras de no querer convivir con un sistema revolucionario, democrático, pluralista, respetuoso de las relaciones con EE.UU., sino extirparlo de raíz". A partir de ese momento llega una política que tiene continuidad con lo que viene sucediendo hasta ahora, apostilla el antiguo diplomático.
Asimismo, el exembajador asegura que la revolución venezolana tiene su "sello propio", al que Hugo Chávez le coloca "una dosis muy novedosa" y saca a la palestra la "capacidad que tiene Venezuela para llevar a cabo un proyecto nacional propio: convertirse en una potencia" e insertar a Caracas en un mundo pluripolar para lograr la fortaleza que le permitiera enfrentar el golpe de Estado.
Sobre la relación con Hugo Chávez
Sánchez Otero también habla sobre su relación cercana con el expresidente Chávez, al que conoció a su llegada como embajador en el país bolivariano. El exdiplomático lo describe como una persona muy natural y "sin ínfulas de líder".
El escritor también cuenta que Hugo Chávez se quedó muy impresionado luego de su visita a La Habana, donde conoció a Fidel Castro. Producto de su encuentro los dos líderes comprendieron que su "ayuda mutua era indispensable", recuerda.
Según Sánchez, cuando Castro invita personalmente a Chávez después de la primera Cumbre de las Américas en el 2006 se lanzó un claro mensaje a EE.UU.: "Este es un hombre que tiene futuro no solo en Venezuela, sino en América Latina".
German Sánchez confiesa que quedó sorprendido con el desenlace momentáneo del 11 de abril de 2002, que creó una sensación de incertidumbre por la desaparición de Chávez. El político cubano evoca también las coordinaciones con Fidel Castro, que sugerían llevarlo a Cuba: "Hay que preservar la vida de Chávez, que no le ocurra lo que ocurrió con Allende".
Sin embargo, para el exdiplomático esta medida de Castro subrayaba la dificultad de la continuidad de una revolución que se encontraba en sus comienzos.
Finalmente, Sánchez relata que sostenía una relación fraternal con el exmandatario venezolano y que este "ha sido el mejor amigo de unos cuantos pueblos y la historia lo va a reflejar".
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