El Cártel de Sinaloa, cuyo líder Joaquín 'El Chapo' Guzmán logró escapar por segunda vez de una cárcel de máxima seguridad, es una de las organizaciones criminales más poderosas de México. A pesar de que varios dirigentes de la mafia se encuentran en prisión, sus hijos, sobrinos, ahijados y otros familiares muestran la riqueza de la que disponen y hasta sus actividades delictivas sin ocultar sus rostros en las redes sociales.
Los futuros herederos del Cártel en su mayoría hablan inglés o francés y estudian Administración de Empresas en universidades extranjeras, publica 'El Proceso'. Al graduarse, los llamados 'narcojuniors' se integran al negocio familiar: el tráfico de drogas. Un ejemplo es Dámaso López Serrano, hijo de Dámaso López Núñez, o 'El Licenciado', el exdirector del penal Puente Grande, del cual se escapó por primera vez el 'El Chapo' Guzmán.
López Serrano, que también es ahijado de Guzmán, se unió al Cártel de Sinaloa y hasta creó sus propias Fuerzas Especiales Dámaso (FED), que forman parte de la red de la mafia. Se cree que el joven, 'El mini Licenciado' o 'El Rayo', controla el tráfico de drogas en el estado mexicano de Baja California Sur y lidera el grupo protector de 'El Chapo' tras su fuga.
En las redes sociales, Dámaso muestra su afición por los animales exóticos y se jacta de su cercanía con los hijos de Guzmán. Se presenta como un "millonario, seductor, dueño de un inmenso poder y de autos de superlujo", a quien le gusta "viajar siempre rodeado de mujeres hermosas". En sus publicaciones presume de ropa de marca, armas y varios Rolex, entre otras cosas. En 2014 incluso subió una foto con cientos de paquetes llenos presuntamente de marihuana y cocaína.
No es el único que publica imágenes parecidas enseñando su rostro. Varios herederos del poderoso Cártel de Sinaloa muestran sus joyas, autos deportivos, su colección de armamento con materiales preciosos, toneladas de drogas y hasta fotos de sus operaciones. Toda esta información sin duda podría ayudar a las autoridades mexicanas a investigar y luchar contra la delincuencia, si los 'narcojuniors' no fueran, según 'El Proceso', "protegidos" por las mismas.