La actitud de la policía británica, fuente de discriminación y disturbios
Un 85% de los que participaron en Londres en los disturbios de agosto de 2011 reconoce que siente odio hacia la policía y este fue el motivo de sus actos de violencia, según un reciente estudio del periódico británico The Guardian sobre los desórdenes que se iniciaron en la capital inglesa tras el fallecimiento de un joven de color por el supuesto disparo de un policía.
"Uno de los factores que provocaron aquellos disturbios fue la reforzada vigilancia policial, es decir el abuso de la llamada práctica de 'parar y cachear' y la sensación de que los policías quizás eran racistas", según explica Diane Abbott, parlamentaria por el Partido Laborista.
La policía británica puede detener a cualquier persona 'sospechosa' y cachearla bajo algún pretexto como la búsqueda de algún criminal. Sin embargo, muchas personas creen que esta práctica en realidad solo se aplica a aquellos ciudadanos que no sean blancos.
"Es una vergüenza", dice Mark Oshodi, estudiante universitario que también tuvo la experiencia de ser cacheado. "Eso ocurrió conmigo en medio de la calle, la gente que pasaba de largo me miraba. Lo que hacen es aprovecharse y abusar de su poder", lamenta Mark.
Esta tendencia se acentuó después de que en 2001 entrara en vigor una ley que permite a los agentes detener a las personas que parezcan sospechosas. Con el tiempo el número de registros disminuyó, pero los problemas en este ámbito no desaparecieron.
Cada vez más a menudo se habla de un perfil racial de los cacheos por lo que los que deben garantizar la seguridad en el Reino Unido se convierten en objeto de desprecio y cada vez tienen menos apoyo de la población.