Sociedad
España: la prostitución como salida a la crisis
La crisis económica y el desempleo juvenil de más del 50% hace que cientos de personas llamen a la puerta del conocido como el oficio más antiguo del mundo.
Las prostitutas cargan sobre su espalda no solo con un estigma procedente de buena parte de la sociedad, sino que además son víctimas del limbo legal que existe sobre ellas a nivel estatal.
"El trabajo sexual no es indigno. Indignas son las situaciones en las que estamos. Tener que hacerlo en parques y coches porque no tenemos seguridad para ejercer nuestro trabajo", dice Alejandra, presidenta del primer sindicato de trabajadoras sexuales en España. Como señala Alejandra, se ha visto un mayor crecimiento de la prostitución en las estudiantes, muchas de las cuales se dedican a este antiguo oficio para pagar sus estudios. Todo ello, por la crisis en la que está sumido el país.
Las organizaciones especializadas en la prostitución reconocen que la falta de exactitud en las cifras es alarmante. No hay estudios rigurosos y, según algunos analistas, los números que aparecen como oficiales están hinchados ostensiblemente.
"Si partimos de que la cifra real de mujeres son 50.000 o 80.000 tendríamos que hablar de cien mil servicios al día. Esas cifras de un millón de servicios al día o de 50 millones de euros diarios son cifras encadenadas que parten de una cifra original errónea que son las 300.000 o 400.000 prostitutas", afirma Josu Mezo, periodista especializado.
Mientras los prostíbulos, respaldados por la ley, son un negocio que continúa dando millones de euros al año, las trabajadoras y trabajadores sexuales carecen de legalidad en España. Su actividad no está regulada, pero tampoco está prohibida.
"Ahora hay muchas mujeres que quieren introducirse en el mundo de la prostitución porque quieren una salida a la crisis, pero lo que ha pasado es que ha caído la demanda y están cayendo los precios. Ya solo sirve para tapar agujeros, no para solucionarte la vida", dice una prostituta experimentada.
La prostitución tiene tantas aristas como problemas que surgen a su paso, pero quienes desde fuera intentan ayudar a estas personas aseguran que más que culpables, como las que quiere hacer sentir una parte de la sociedad, son cabezas de turco de un negocio de abundantes beneficios y de transgresiones constantes de la ley.
"El trabajo sexual no es indigno. Indignas son las situaciones en las que estamos. Tener que hacerlo en parques y coches porque no tenemos seguridad para ejercer nuestro trabajo", dice Alejandra, presidenta del primer sindicato de trabajadoras sexuales en España. Como señala Alejandra, se ha visto un mayor crecimiento de la prostitución en las estudiantes, muchas de las cuales se dedican a este antiguo oficio para pagar sus estudios. Todo ello, por la crisis en la que está sumido el país.
Las organizaciones especializadas en la prostitución reconocen que la falta de exactitud en las cifras es alarmante. No hay estudios rigurosos y, según algunos analistas, los números que aparecen como oficiales están hinchados ostensiblemente.
"Si partimos de que la cifra real de mujeres son 50.000 o 80.000 tendríamos que hablar de cien mil servicios al día. Esas cifras de un millón de servicios al día o de 50 millones de euros diarios son cifras encadenadas que parten de una cifra original errónea que son las 300.000 o 400.000 prostitutas", afirma Josu Mezo, periodista especializado.
Mientras los prostíbulos, respaldados por la ley, son un negocio que continúa dando millones de euros al año, las trabajadoras y trabajadores sexuales carecen de legalidad en España. Su actividad no está regulada, pero tampoco está prohibida.
"Hay muchas mujeres que quieren introducirse en el mundo de la prostitución porque quieren una salida a la crisis"
En la calle, actualmente, un servicio sexual completo puede costar 20 euros. Según algunas meretrices, ellas cobran 3 veces menos que hace unos años porque el poder adquisitivo de los consumidores también ha descendido. No obstante, muchas reconocen que lo más difícil es la doble vida que llevan, trabajando por las mañanas en un lugar normal y corriente, y por las noches echándose a la calle. Antes la mayoría de los prostitutas procedían de otros países, pero con el tema de la crisis hay cada vez más españoles ofreciendo este servicio."Ahora hay muchas mujeres que quieren introducirse en el mundo de la prostitución porque quieren una salida a la crisis, pero lo que ha pasado es que ha caído la demanda y están cayendo los precios. Ya solo sirve para tapar agujeros, no para solucionarte la vida", dice una prostituta experimentada.
La prostitución tiene tantas aristas como problemas que surgen a su paso, pero quienes desde fuera intentan ayudar a estas personas aseguran que más que culpables, como las que quiere hacer sentir una parte de la sociedad, son cabezas de turco de un negocio de abundantes beneficios y de transgresiones constantes de la ley.
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