Fotos: Los ricos de Guatemala escapan del crimen a una ciudad cerrada

Paseo Cayalá, situado a 11 kilómetros de la capital de Guatemala y en plena edificación, es más que una urbanización. A partir de 2013  tiene previsto acoger festivales, concursos internacionales y a distintos músicos en sus giras por el mundo.  Todos esos eventos tendrán lugar detrás de las altas murallas de estuco blanco que protegen un mundo armonizado y artificial del crimen, la pobreza y otras plagas de la desigualdad social.

Cayalá crea un mundo para los que pueden permitírselo. No está abierto para todos”.

Su aspecto colonial hispano crea la ilusión de un verdadero centro urbano. Las 14 hectáreas de territorio cerrado cuentan con parques, parroquias, clubs nocturnos, boutiques de alta categoría, restaurantes y edificios residenciales.

El arquitecto Carlos Mendizábal, quien participó en la renovación de un centenario teatro de cine en Cayalá, confirmó que la pretensión era imitar un centro histórico para que atraiga a la gente rica a poblar sus inmediaciones. Pero esta impresión “falla porque no es una ciudad”, admitió. En su opinión, se trata de un remedio para segregar a quienes gozan de un bienestar de los pobres urbanos.

“Cayalá crea un mundo para los que pueden permitírselo —dijo Mendizábal—. Vende la ilusión que todo esté bien, pero no está abierto para todos”.

“En mi opinión, Cayalá ofrece a los guatemaltecos una oportunidad nueva para vivir sin miedo ante la violencia”, relató un inquilino, director general de una empresa de ocio, quien se trasladó a la urbanización a finales del año pasado. Según sus observaciones, la mayoría de sus vecinos son profesionales jóvenes y los recién casados que buscan una mayor seguridad.

Escapar del alto índice de criminalidad que está azotando Guatemala, al igual que otros países de América Central, cuesta bastante. De acuerdo con los promotores, la primera etapa del proyecto incluye 110 viviendas a unos precios que oscilan entre los 260.000  y los 800.000 dólares: muy por encima del alcance de un guatemalteco con salario promedio de 300 dólares mensuales. No obstante, en el primer edificio construido se han vendido un 80% de los apartamentos.