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Un ruso borracho le pega a un aeromozo e intenta secuestrar el avión

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Rusia quedó indignada con el caso de un pasajero borracho que había causado una pelea a bordo de un avión durante un vuelo desde Moscú al balneario egipcio de Hurgada.
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Serguéi Kabálov, un empresario ruso de la ciudad de Sarátov, es acusado de pegarle a unos asistentes del vuelo y violar el orden público. Además, le presentaron cargos de intento de secuestro de un avión, ya que el hombre trató de entrar a la cabina de los pilotos para apoderarse del manejo de la aeronave. 

El empresario de 54 años estaba viajando a Hurgada,  un balneario muy popular entre los rusos, con su esposa y su pequeña hija. En cuanto el avión despegó, fue al baño para fumar, lo que está estrictamente prohibido. Al escuchar la llamada de atención de un aeromozo, no le hizo caso y empezó a pegarle. Unos testigos lograron filmar el incidente y afirman que además amenazó al resto de los pasajeros y trató de penetrar a la cabina de los pilotos. 

“Demandaba algo incomprensible. Intentaba entrar a la cabina del piloto. Todos le impedían pasar, pero él quería sentarse en el puesto del piloto”, cuenta Aliona Pólkina, testigo de la situación.


La solución al problema

Uno de los problemas consiste en que las compañías aéreas no tienen derecho a utilizar la fuerza a aquellos que arman escándalos a bordo de aviones. Los miembros de la tripulación no pueden tocar a los pasajeros, solo está permitido hablar con ellos. 

El director general de la compañía aérea rusa Aeroflot, Vitali Savéliev, explica: “Queremos que nuestras tripulaciones tengan derecho de utilizar medios de contención. Para eso hay que aprobar una ley. También pedimos cambiar la legislación para que podamos no prestar nuestros servicios a los pasajeros que nos crean problemas a bordo”.

Además, los legisladores rusos están hablando sobre un embargo total del alcohol en los vuelos. No obstante, hay quienes se oponen a esta eventual prohibición afirmando que las bebidas alcohólicas les ayudan a relajarse y a sentirse más cómodos, y es que muchos tienen miedo de volar en un avión.  

Pero resulta que a veces es al revés y crean situaciones de tensión a bordo. Y últimamente lo hacen con tanta frecuencia que probablemente pronto se podrá ver en todos los vuelos de todas las compañías aéreas rusas no solo la señal de “prohibido fumar”, sino también otra con una botella tachada. 
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