El experto cree que los acontecimientos internos que se están produciendo en Kazajistán "pueden ser utilizados para intentar transformar la situación en una nueva revolución de color", según se deriva del rápido desarrollo de las manifestaciones y la "violencia extrema" que se está viviendo en el país centroasiático.
Orella asegura que esa violencia, en muchos casos, es promovida y está más allá de las protestas reales de la gente que ha exigido precios más bajos para la energía, en un momento de transición política y de cambio hacia una economía de mercado.
El profesor de historia contemporánea señala que se trata de "un momento muy sensible, que puede favorecer intereses foráneos para intentar por todos los medios un derrocamiento de este Gobierno, que había mantenido un país muy estable en una región de primer orden para la estabilidad del mundo".
Asimismo, indica que los expertos de seguridad pueden visualizar que hay grupos de instigación que están intentando provocar a las fuerzas del orden público, para así "denotar una realidad represiva fortísima y [lograr] que, de ese modo, el gobierno quede manchado por la sangre de esa represión".
En este sentido, recuerda que hasta ahora todas las víctimas mortales han sido policías. "Para mí está claro que hay elementos provocadores que están intentando incendiar y provocar un enfrentamiento real, entre unas protestas de la sociedad y las instituciones legales que están gobernando", añadió.
Orella subraya que las posibles medidas represivas que puedan tomar las fuerzas kazajas del orden público siempre serán en respuesta a la violencia de los manifestantes, cumpliendo con la Ley y para proteger al resto de la sociedad de esa "violencia incontrolada de los provocadores que ponen en peligro a todo el mundo".
Sigue toda la actualidad sobre las protestas en Kazajistán en nuestro MINUTO A MINUTO.