Un nuevo espectáculo de Poroshenko: ahora exhibe "pasaportes rusos" en Múnich
A parte de la protesta en Múnich realizada este sábado por activistas bajo los lemas: 'Paren a Poroshenko' y 'Paz para Ucrania es seguridad para Europa', el jefe de Estado ucraniano se esmeró por hacer notar su presencia en la capital de Baviera, donde en el momento de su intervención exhibió documentos de identidad que, según su versión, pertenecen a militares del Ejército ruso que combaten en el este de Ucrania contra Kiev.
"Traje pasaportes y documentos militares pertenecientes a soldados y oficiales rusos que vienen a nuestro país", dijo Poroshenko, añadiendo que estas "son las mejores pruebas" sobre la presencia de tropas rusas en territorio ucraniano.
Esta es la segunda ocasión en que el mandatario ucraniano conmociona a la comunidad internacional. En enero pasado, Poroshenko llevó al Foro Económico de Davos un fragmento del revestimiento metálico de un autobús que explotó en el este de Ucrania, a pesar de que investigaciones preliminares apuntaban a que lo más probable es que los responsables del ataque fueran los propios militares ucranianos.
El viceprimer ministro ruso, Dmitri Rogozin, que ha ocupado el cargo de embajador ruso ante la OTAN, se interesó en su cuenta de Twitter por "qué trucos más tiene el presidente ucraniano para sus giras extranjeras".
Интересно, какие фокусы он припас к очередным зарубежным гастролям? pic.twitter.com/TywIxGmuy7
— Dmitry Rogozin (@Rogozin) febrero 7, 2015
¿Pruebas?
El politólogo Alexéi Mujin señaló que con sus argumentos emocionales, el presidente ucraniano evidencia la falta de pruebas convincentes.
"Cuanto más se apoye Piotr Poroshenko en argumentos emocionales, pasando por alto los hechos evidentes, más parecerá un hombre que está tratando de vender cierta idea o circunstancia a su favor para alcanzar sus propias metas", dijo el politólogo a RT.
El experto aseguró que el único objetivo de Poroshenko es evitar una situación de impago en Ucrania, de la que él y el Gobierno de Arseni Yatseniuk serían responsables.
La política internacional ya ha visto casos de pruebas cuya falsedad se ha revelado posteriormente. Por ejemplo, la intervención de Irak en 2003 estuvo precedida por argumentaciones del Gobierno estadounidense en las que se utilizaron datos falsos de inteligencia y pruebas falsas del desarrollo de armas de destrucción masiva en el país árabe.
Para aumentar el efecto de aquella retórica, el entonces secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, mostró en la Asamblea General de la ONU una probeta con un "arma biológica" presuntamente obtenida por los servicios secretos en Irak.