Según el politólogo, los gobiernos europeos que un año atrás aplicaron sanciones contra Rusia, ahora tratan de evitarlo por todos los medios posibles. Y la sociedad europea no aspira a confrontar con Moscú sobre el estatuto de los territorios postsoviéticos. Mientras que los neoconservadores americanos, a pesar de tener sus propios problemas, por ejemplo, los disturbios en Baltimore, están muy interesados en una confrontación con Rusia.
La semana pasada, el Congreso de Estados Unidos votó a favor de que la casa Blanca examine una nueva opción de entregar armas a Ucrania. La administración de Barack Obama planea colocar armamento y tanques pesados en los países bálticos, nuevos "amigos" de la OTAN.
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Es difícil decir, escribe Scott McConnell, cuántos congresistas de los que votaron por el suministro de armas defensivas letales a Kiev, dan cuenta de las consecuencias de esa política.
"Una vez que la decisión esté tomada, entraremos en una guerra inmediata con Rusia, que es el único país capaz de destruir los Estados Unidos", afirma Scott Mcconnell citando las palabras de un experto internacional del centro científico de Woodrow Wilson.
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"Esto es un verdadero triunfo del neoconservadurismo: crear una enorme industria que no puede vivir sin la perspectiva de una confrontación con un enemigo lejano".
EE.UU. es "cruel" con Rusia, pero al mismo tiempo no comenta la situación en Baltimore, una de las ciudades más grandes del país, que está a punto de caer en el abismo de la anarquía, concluye McConnell.