El hecho de que Rusia todavía no haya alcanzado una paridad con EE.UU. en cuanto a aviones militares no significa que Moscú no realice la masiva modernización militar en este ámbito, escribe en su nuevo artículo el experto de la revista 'The National Interest', Evan Gottesman. De hecho, muchas fuerzas aéreas de todo el mundo están basadas en aviones soviéticos o en las más modernas aeronaves rusas, o fabrican las aeronaves bajo su licencia.
Rusia ha construido en las últimas décadas varios formidables aviones militares y está dispuesta a venderlos a aquellos países con los cuales EE.UU. no tiene amplios vínculos comerciales, sostiene el autor y destaca las 5 aeronaves más peligrosas, según su opinión.
Sukhoi Su-27
El caza Su-27 (designación de OTAN: Flanker) fue la respuesta soviética a los aviones estadounidenses F-15 y F-16. Está pensado para realizar misiones de superioridad aérea, pero también es apto para cualquier operación de combate. El caza supera a sus rivales norteamericanos en velocidad, ya que alcanza unos 2.525 kilómetros por hora, y puede portar armas aire-aire, como misiles.
Muchos países de todo el mundo contienen en sus arsenales a los Su-27 o modelos derivados. Estos son la India, Indonesia o Vietnam, mientras que China tiene licencia para fabricar el caza bajo el nombre J-11. Por su parte, la desintegración de la Unión Soviética permitió a sus exintegrantes, como Bielorrusia, Ucrania, Kazajistán y Uzbekistán, quedarse con sus propios Su-27.
MiG-29
El caza polivalente MiG-29 (designación de OTAN: Fulcrum) se introdujo en el servicio en 1983 y al igual que el Su-27, fue diseñado para competir con los F-15 y F-16 estadounidenses. Es más pequeño que el Su-27 y no lo supera en términos de velocidad o calidad, pero posee una gran ventaja: su maniobrabilidad.
El MiG-29 sigue en servicio en la Fuerza Aérea rusa y en otras repúblicas exsoviéticas. Durante la Guerra Fría fue exportado a numerosos países aliados, como Yugoslavia, mientras que actualmente lo poseen Siria, Cuba e Irán, entre otros. La aeronave incluso sirvió en las fuerzas aéreas de la OTAN después de que la alianza aceptara la membresía de los países del Este de Europa.
Sukhoi Su-35
El Su-35 (designación de OTAN: Flancker-E), es un impresionante derivado del Su-27. Fue construido para afrontar los nuevos retos en el mundo después de la Guerra Fría y se espera que entre en servicio a finales de este año. Esta aeronave de generación 4++ alcanza una velocidad máxima de 2.390 kilómetros por hora y dispone de un mejorado sistema de armamento. Algunos gobiernos extranjeros, sobre todo China, ya expresaron su interés en la compra del caza una vez se inicien las exportaciones.
Sukhoi T-50/PAK FA
El caza furtivo de quinta generación T-50 (PAK FA) será el sucesor del MiG-29 y el Su-25 en la Fuerza Aérea de Rusia y constituirá una respuesta de Moscú a las modernas aeronaves estadounidenses F-22 Raptor y F-35 Lightning II. Alcanza una velocidad de 2.600 kilómetros por hora y algunos funcionarios norteamericanos admiten que el PAK FA es incluso más ágil que el F-35.
El T-50 estará equipado con armamentos tanto de aire-aire como de tierra-aire y podrá portar misiles y bombas anti-buque. Se prevé que el caza esté en servicio exclusivamente de la Fuerza Aérea rusa y se espera que se introduzcan hasta el año 2020 unas 55 unidades del mismo.
Tupolev Tu-160
A finales de mayo el Ministerio de Defensa ruso anunció sus planes de volver a fabricar el famoso bombardero soviético Tu-160 (designación de OTAN: Blackjack). La aeronave es increíblemente rápida para su tipo (2.220 kilómetros por hora) lo que supera la velocidad de sus rivales norteamericanos, el B1-B Lancer y el B-52.
El radio de combate del Tu-160 es de unos 7.300 kilómetros y el caza ya realizó en 2008 su primer vuelo transatlántico desde Rusia a Venezuela. La aeronave es capaz de portar tanto armas convencionales como ojivas nucleares. Moscú espera fabricar a partir del 2023 unos 50 modelos actualizados del bombardero bajo el nombre Tu-160M2.