Desde la aparición en 2014 del autoproclamado grupo terrorista Estado Islámico como organización independiente de Al Qaeda y la proclamación de su califato en Irak y Siria, al grupo se le han atribuido, directa e indirectamente, al menos 75 atentados terroristas en 20 países del mundo, sin contar Siria e Irak, que han dejado un saldo de 1.280 muertos y más de 1.700 heridos.
Sin duda, la región de Oriente Medio es la que más ha sufrido los estragos del Estado Islámico y sus grupos afines, como Boko Haram en el norte de África. Ejemplo de ello son Líbano, Túnez, Libia y Turquía.
Sin embargo, los tentáculos del Estado islámico han logrado cruzar fronteras, inspirando, por ejemplo, el secuestro en una cafetería en Sídney, Australia, en 2014, y varios actos de violencia y asesinatos en Bangladés.
Rusia, aunque no ha sufrido al EI directamente en su propio territorio, el 31 de octubre de 2015 fue víctima del atentado de un avión de pasajeros ruso derribado sobre el Sinaí, en Egipto, en el que murieron las 224 personas que iban a bordo. La amenaza terrorista de este grupo igualmente está presente en varios países de Asia y Oceanía, como en Indonesia, en cuya capital se registraron recientemente varias explosiones.
Solo en el continente europeo las células de la organización yihadista han dejado un rastro de cientos de muertos. El 24 de mayo de 2014, un islamista radical del que se supo que había colaborado con los terroristas del EI en Siria, mató a tiros a cuatro personas frente al Museo Judío de Bruselas, Bélgica, inspirado por las doctrinas del grupo terrorista. Este martes 22 de marzo, en esta misma ciudad, se registraron dos atentados bomba en el aeropuerto y otro en una estación de metro del centro de la ciudad, todos adjudicados directamente al Estado Islámico.
Por su parte, en Francia se han repetido varios episodios de violencia, como los de Dijon y Joué-lès-Tours en 2014, o el de el hombre que decapitó a su jefe en Lyon, inspirados por los ataques terroristas a la revista satírica 'Charlie Hebdo' el año pasado en París.
A esto se suma la última cadena de atentados perpetrada el 13 de noviembre de 2015 en París, donde los terroristas mataron a 130 personas en distintos puntos de la ciudad. A su vez, inspirados por el Estado Islámico, en 2015 se produjo un incidente de este índole contra una sinagoga en Copenhague y otro en el metro de Londres.
Los vastos océanos que separan al continente americano del resto del mundo no han supuesto un impedimento para que se registraran en Norteamérica varios incidentes letales inspirados por el Estado Islámico. Ejemplo de ello fue el tiroteo en una exposición de caricaturas del profeta Mahoma en Dallas, los apuñalamientos en el campus Merced de la Universidad de California, la masacre de San Bernardino y el ataque a los policías en Nueva York. A su vez, en Canadá se han registrado varios tiroteos mortales en Ottawa y Quebec, que se sospecha que fueron perpetrados por personas radicalizadas que mantenían vínculos con el EI.