Las capacidades del Ejército ruso ponen en tela de juicio los planes del Pentágono
El general estadounidense Herbert R. McMaster, quien hace una década se dedicaba a elaborar nuevos métodos de combate contra los terroristas islamistas en Afganistán e Irak, tiene ahora una nueva misión enfocada en Moscú, revela la revista 'Politico'. En un informe clasificado insinúa que los militares rusos pueden haber aprovechado las experiencias del Ejército de EE.UU. en sus recientes campañas asiáticas para detectar sus vulnerabilidades.
"Rusia posee una variedad de sistemas de misiles y cañones que superan y son más letales que los sistemas de artillería y las municiones del Ejército de EE.UU.", destacó McMaster en su ensayo. En su opinión, los vehículos blindados del Ejército estadounidense son extremadamente vulnerables al material bélico ruso y el carro de combate T-90 sigue conservando el potencial de decidir el resultado de una eventual batalla.
El informe hace referencias a la información recobrada por unos agentes del Gobierno de EE.UU. en la zona del conflicto en el este de Ucrania, donde las milicias locales no cuentan con el material bélico más moderno, pero sí con los más sofisticados medios de guerra no letales. Debido a sus observaciones, se menciona en el informe una "combinación de sistemas aéreos no tripulados y capacidades sofisticadas de armas cibernéticas y electrónicas" que desactivan las comunicaciones de combate e incluso los sistemas de navegación por satélite (GPS).
Ante esta situación, opina el general, Washington debería encontrar "la manera de que el Ejército pueda adaptarse al toque de atención ruso". Mientras que no aparezca una respuesta tecnológica, los militares piensan en cancelar la reducción programada de su fuerza activa de 490.000 a 450.000 elementos. "Este plan está ahora en tela de juicio", admite la publicación. Un proyecto de ley presentado a la Cámara de Representantes busca parar esta reducción.