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El enigmático 'submarino ruso' en aguas suecas era en realidad sueco
La señal de sónar que en 2014 los militares suecos calificaron de prueba que confirmaba la presencia de un submarino extranjero cerca de Estocolmo había sido emitida por un "objeto sueco".
La búsqueda de un submarino extranjero, presuntamente ruso, frente a las costas de Suecia fue uno de los acontecimientos más sonados del año 2014 en el país escandinavo. La operación fue iniciada por las autoridades en octubre de ese año siguiendo los mensajes de los medios locales, que informaban del avistamiento de un submarino desconocido y de la detección de una señal de sónar desde el archipiélago de Estocolmo.
Los militares llegaron a denunciar la 'evidencia' de una presunta intrusión en las aguas territoriales de Suecia, unos rumores que confirmó el comandante supremo de las Fuerzas Armadas suecas a partir de varios indicios, entre ellos la señal de sónar.
Con el tiempo las insinuaciones no se confirmaron, pero los militares jamás admitieron que se trató de una falsa alarma. Las autoridades suecas simplemente se calmaron, suspendieron la búsqueda y dejaron de hablar del submarino. Sin embargo, la sociedad jamás recibió una respuesta que aclarara qué era el supuesto submarino que habría amenazado a la seguridad sueca.
Cuando los militares ya tenían constancia de que la señal la había emitido una embarcación técnica clasificaron la información disponible. El ministro de Defensa de Suecia, Peter Hultqvist, acaba de reconocerlo en una breve entrevista con la emisora Sveriges Radio. Sin embargo, solo ha confirmado que era un "objeto sueco".
Los militares reconsideraron la evaluación de la naturaleza de aquella señal de sónar en septiembre de 2015, ha detallado el político, que se ha negado a ofrecer más información sobre el tema, alegando que "hay que respetar el secretismo".
"¿Cómo puede ser confidencial, si era un sonido sueco?", ha preguntado la radio. En respuesta, el ministro ha afirmado que corresponde a las Fuerzas Armadas contestar las preguntas relacionadas con aquel episodio y que no le es permitido violar la confidencialidad de la información.
Mientras tanto, la 'misteriosa' señal emitida desde el archipiélago de Estocolmo ya había hecho su servicio a los políticos junto con la primera ola de insinuaciones necesaria para desarrollar la propaganda antirrusa en Suecia. La estrategia funcionó para justificar ante la opinión pública la interrupción de la colaboración entre los militares de Suecia y Rusia. El 23 de octubre esta frase fue incluida en el presupuesto de Suecia: "El Gobierno ha decidido no prolongar el plan de eventos conjuntos con Rusia que regula la cooperación entre las Fuerzas Armadas de ambos países".
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