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"EE.UU. y UE están inmersos en una campaña de demonización permanente de Rusia"
La amenaza proveniente del Este, tópico de la guerra fría, de nuevo está de moda. El tema lo resucitan las portadas y titulares de medios occidentales a propósito de supuestos bombarderos rusos y la histeria por la búsqueda de míticos submarinos.
Retórica del siglo XX en el XXI: con una energía inagotable y sin descanso, los medios occidentales intentan pintar de negro a Rusia en sus portadas. El espíritu de la guerra fría se percibe a diario en sus titulares: la búsqueda reciente de un submarino fantasma en aguas de Suecia atribuido a Moscú solo por los medios es un buen ejemplo de esta tendencia.
La operación de localización de la nave subacuática rusa resultó ser infructuosa y la fuerza naval de ese país tuvo que aceptar que la supuesta presencia en su zona marítima resultó ser mera ficción. No obstante, la fantasía de la maquinaria noticiosa ya se había puesto en marcha a todo vapor e incluso varios medios han advertido de la amenaza rusa en el Ártico.
Al no encontrar nada en el agua, las miradas se dirigieron al cielo. Se decretó la alerta roja por la supuesta inusual actividad en el espacio aéreo europeo detectada por la OTAN. Incluso el pánico desatado por el asunto provocó un incidente en que dos cazas británicos Typhoon, ridículamente, rompieron la barrera del sonido persiguiendo un avión de producción soviética que, sin embargo, no era otra cosa que una aeronave de cargo perteneciente a una empresa letona.
"EE.UU. y la Unión Europea están inmersos en una campaña de demonización permanente de Rusia, una especie de guerra fría mediática 2.0 para culpar a Rusia de todos los males que están sucediendo en el mundo y lo curioso es que muchos europeos creen que Rusia está tratando de invadir a Europa cuando lo que hace es justamente defenderse de movimientos militares que la OTAN no ha cesado de realizar desde la caída del muro de Berlín", afirmó el analista internacional Juan Luis González Pérez a RT.
Tampoco los medios occidentales prescindieron de la utilización del ciberespacio al informar de que un grupo de 'hackers' rusos, respaldado por el Gobierno, aprovechó las deficiencias de Windows para espiar los superordenadores de la OTAN. También se insinuó que Moscú se habría infiltrado en los servidores de la Casa Blanca e incluso que habría atacado digitalmente los sistemas de control de la infraestructura del agua y la electricidad estadounidenses. Los funcionarios de la Administración Obama, sin embargo, rechazaron las acusaciones, declarando que no pueden confirmar la huella rusa en un ciberataque a la Casa Blanca.
La tendencia a presentar a Rusia como un agresor malvado en Occidente nunca se extinguió por completo. Lo preocupante es que si hasta hace poco todo se limitaba a utilizar una imagen estereotipada negativa, ahora la fuerte propensión a denigrar a Rusia sobrepasa los límite entre lo infundado y no comprobado: un absoluto disparate.
La operación de localización de la nave subacuática rusa resultó ser infructuosa y la fuerza naval de ese país tuvo que aceptar que la supuesta presencia en su zona marítima resultó ser mera ficción. No obstante, la fantasía de la maquinaria noticiosa ya se había puesto en marcha a todo vapor e incluso varios medios han advertido de la amenaza rusa en el Ártico.
Lo que Rusia hace es defenderse de movimientos militares que la OTAN no ha cesado de realizar desde la caída del muro de Berlín
Al no encontrar nada en el agua, las miradas se dirigieron al cielo. Se decretó la alerta roja por la supuesta inusual actividad en el espacio aéreo europeo detectada por la OTAN. Incluso el pánico desatado por el asunto provocó un incidente en que dos cazas británicos Typhoon, ridículamente, rompieron la barrera del sonido persiguiendo un avión de producción soviética que, sin embargo, no era otra cosa que una aeronave de cargo perteneciente a una empresa letona.
"EE.UU. y la Unión Europea están inmersos en una campaña de demonización permanente de Rusia, una especie de guerra fría mediática 2.0 para culpar a Rusia de todos los males que están sucediendo en el mundo y lo curioso es que muchos europeos creen que Rusia está tratando de invadir a Europa cuando lo que hace es justamente defenderse de movimientos militares que la OTAN no ha cesado de realizar desde la caída del muro de Berlín", afirmó el analista internacional Juan Luis González Pérez a RT.
Tampoco los medios occidentales prescindieron de la utilización del ciberespacio al informar de que un grupo de 'hackers' rusos, respaldado por el Gobierno, aprovechó las deficiencias de Windows para espiar los superordenadores de la OTAN. También se insinuó que Moscú se habría infiltrado en los servidores de la Casa Blanca e incluso que habría atacado digitalmente los sistemas de control de la infraestructura del agua y la electricidad estadounidenses. Los funcionarios de la Administración Obama, sin embargo, rechazaron las acusaciones, declarando que no pueden confirmar la huella rusa en un ciberataque a la Casa Blanca.
La tendencia a presentar a Rusia como un agresor malvado en Occidente nunca se extinguió por completo. Lo preocupante es que si hasta hace poco todo se limitaba a utilizar una imagen estereotipada negativa, ahora la fuerte propensión a denigrar a Rusia sobrepasa los límite entre lo infundado y no comprobado: un absoluto disparate.
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